Los universos paralelos o mundos paralelos se refiere a una hipótesis física sobre la supuesta presencia de diferentes dimensiones que coexistirían, unas por encima de las otras. Esto haría que nunca fuese posible que dos dimensiones lleguen a encontrarse.
Eso pareciera existir en Paraguay con una realidad común, cotidiana de millones de ciudadanos y ciudadanas y los que viven o cumplen funciones en el Congreso Nacional. Dos realidades totalmente opuestas dentro de un mismo territorio.
Una frase del senador Silvio Beto Ovelar justificando la contratación de su hijo como asesor en la Cámara de Diputados, fue la detonante del destape de una serie de irregularidades que se dan en el Congreso Nacional, desde escándalos de nepotismo, compras millonarias y salarios inexplicables para amigos y adherentes de los legisladores.
A mediados del mes de diciembre, saltó el primer caso de nepotismo cuando se supo que Alejandro de Jesús Ovelar Ayala, hijo del presidente del Poder Legislativo, fue contratado como asesor en la Cámara de Diputados con un sueldo G. 3.300.000.
Cuando fue abordado por este hecho y del porqué su hijo ingresó sin concurso, Ovelar hizo gala de sus privilegios y pintó un cuadro de la desigualdad que genera esto.
“Chicos como Ale —mi hijo— lógicamente van a tener un desempeño brillante, porque tuvo un colegio bueno, por decirlo top, comparado con otro chico que viene del interior, de escuelas públicas, con docentes probablemente mediocres, sin mucha formación”, alardeó el senador.
A partir de allí, saltaron otros casos similares, dejando en evidencia que en el Congreso Nacional todo queda en familia.
Montserrat Alliana Encina, hija del vicepresidente de la República, Pedro Alliana, es una de las asesoras de la Cámara de Diputados ganando más de G. 18.000.000 al mes. La joven fue cuestionada por sus constantes ausencias y sobre la labor que desempeña. A pesar de esto, se aferra al cargo y mencionó que no piensa renunciar.
Al igual que Elías Godoy Torres, hijo de la diputada liberocartista Roya Torres, que fue contratado como asesor de su madre en la Cámara de Diputados. A sus 19 años, el joven percibe G. 9.500.000 y tampoco piensa renunciar.
El diputado liberal Cleto Giménez había informado sobre la renuncia de sus hijas Danna y Johana a sus cargos en la Cámara de Diputados, donde figuran con salarios de G. 7.700.000 y G. 3.300.000, respectivamente.
Sin embargo, hasta el momento las jóvenes no presentaron los documentos en Mesa de Entrada y, por lo tanto, siguen siendo reconocidas como funcionarias de la institución.
Su esposa, Liz Liliana Rotela, también se aferró hasta ahora a su puesto en la Cámara Baja con un salario de G. 4.500.000.
Silvana Jazmín Busto Adorno, hija del diputado José Mino Adorno (ANR-HC), quien ocupa un cargo en el despacho de su padre en la Cámara Baja, se declaró hija de nepotista en las redes sociales.
La joven se jactó, a través de las redes sociales, de ser “nepobaby” en la parte de presentación de su perfil, forma de llamar a los hijos de diputados o senadores que ocupen un cargo en el Congreso Nacional.
A sus 23 años cumple con el rol de asesora de su padre en la Cámara de Diputados con un sueldo de G. 4.250.000.
El festín de contrataciones no sólo incluye a hijos o esposas sino también a yernos, como el caso del diputado Orlando Arévalo, que admitió haber contratado al novio de su hija como su asesor. En una entrevista con radio Monumental 1080 AM, justificó el hecho afirmando que el joven es de su confianza y capaz de guardar sus secretos.
El beneficiado es Juan Ignacio Doldán Ortigoza (23) que fue contratado en el rubro de asistente con un salario de G. 8.000.000. Al ser consultado por los medios de prensa, el joven agradeció a su suegro por la oportunidad.
“Es una oportunidad muy grande estar en la Cámara de Diputados. Creo que es el sueño de todo joven”, dijo sin sonrojarse.
Despilfarro de la plata pública
A mediados del mes de enero, salieron a la luz los exorbitantes gastos por parte de las autoridades del Congreso, al conocerse la compra de computadoras por valor de G. 15 millones cada una, además de la compra de nuevas sillas para la comodidad de los parlamentarios que costaron más de G. 5 millones.
Según las autoridades, los sillones tienen características especiales, como “ser apto para todo tipo de piso” y con detalles personalizados desde el tapizado hasta el bordado, forman parte de “ese conjunto de cosas que hacen que debe tener ese rango de precio” , según había manifestado Rubén Vázquez, director administrativo de la Cámara de Senadores.
Los sillones cuentan con material niquelado, cromado, bordado y con letras de oro, para cumplir con las exigencias de los legisladores, acotó Vázquez.
Los senadores también proyectaron estrenar nuevos equipos informáticos a partir del reinicio del periodo parlamentario, en marzo próximo, por más de G. 1.667 millones. La firma Emprendimientos del Sur SA fue adjudicada para proveer las máquinas con un costo de G. 14.033.332 cada una.
Tras las críticas las autoridades cancelaron la provisión del lote que aún no fue entregado, que representa el 50%.
Una pequeña ayuda para los amigos
Una investigación realizada por ÚH, reveló que el Senado gasta G. 5 mil millones al mes para satisfacer a la clientela política y a amigos de las autoridades, revelando que existen alrededor de 255 direcciones.
En una de estas direcciones se encuentra Antonio Pereira, quien fuera camarada del senador Silvio Ovelar, que se desempeña como jefe de Trámites de Gestiones de Análisis Laboratoriales y su salario de G. 14.560.000.
Según la dirección de Talento Humano, el jefe atiende directamente a 30 personas con cáncer, funcionarios que sufrieron de derrame cerebral y que se encuentran en estado vegetativo.
Los funcionarios le envían órdenes de estudio médico y él afronta la burocracia con el seguro médico para obtener la visación correspondiente.
Como subordinadas están tres enfermeras que trabajan en la asistencia médica de los funcionarios, pero al menos una de ellas no pudo identificarlo.
Experto en fotocopias y telefonistas top
El trabajo periodístico también permitió conocer la labor de Carlos Arrúa, director de Impresión y Encuadernación del Senado, que percibe un millonario salario cada mes por la impresión de 8 a 10 boletines informativos diarios de las sesiones de la Cámara Alta.
Arrúa percibe un salario de G. 20.837.700. En ese sector, en total son seis con salarios que van de G. 3 millones a G. 11 millones. Todos hacen prácticamente lo mismo: imprimir, archivar o repartir de 8 a 10 boletines informativos al día.
El funcionario fue consultado por los medios de prensa por su labor, y el hombre realizó una apasionada y vehemente descripción, defendiendo el millonario salario.
“Yo imprimo, me encargo de controlar el trabajo que realizan mis subalternos y luego todo esto se dobla y luego vuelvo a controlar uno a uno. Todo esto se hace de forma manual, se presilla de forma manual, todo a mano”, comentó.
En el Congreso también se cuenta con direcciones y jefaturas que desafían a la lógica, como el caso de los tres funcionarios de la Central Telefónica, que tienen rangos de jefes por la ardua tarea de levantar un tubo telefónico.
Se trata de Juana Melgarejo Miño, con un salario de G. 21.357.000. La acompaña Jacqueline Sola, jefa de la Dirección de Central Telefónica, quien percibe G. 11.050.000. G. 8.500.000 de sueldo y G. 2.550.000 de bonificación por responsabilidad. Y finalmente Hermes González, encargado de la Central Telefónica, gana en total G. 7.800.000. G. 6.000.000 de sueldo y G. 1.800.000 de bonificación por responsabilidad.
“Tratamos con toda la amabilidad y damos la información correcta a la ciudadanía”, justificó Juana Melgarejo, una de las telefonistas.
Funcionarios esenciales, salarios bajos
Los exorbitantes montos que perciben los funcionarios del Congreso debido a la generosidad de las autoridades, se contrasta con el bajísimo salario que perciben profesionales dedicados a tareas esenciales como médicos, enfermeros, docentes o encargados de la seguridad.
Un médico clínico, tiene un sueldo mensual de G. 5.000.000, mismo salario que cobra un médico especializado en cuidados intensivos. G. 3.600.000 es lo que gana mensualmente un profesional en enfermería, mientras que el docente gana G.3.632.977; un director de escuela pública percibe mensualmente G. 3.883.821.
Un Suboficial de Policía tiene un salario mensual de G. 3.300.000 mientras que un comisario percibe G. 10.000.000.
La doctora Rossana González, del Sindicato Nacional de Médicos, había mostrado su indignación ante esta situación que se da, criticando que se gaste esa cantidad de dinero en trabajos que considera innecesarios.
La profesional pidió mayor inversión en salud ante aumento de los casos de dengue y covid-19. “Estuvimos 2 años en las calles peleando, primero pidiendo reajuste salarial y lo que nos pudieron dar fue una nivelación”, se quejó.
