José Domingo Velázquez Escobar, de 69 años, fue condenado a 24 años de cárcel por el feminicidio de su pareja María Ángela Morínigo, de 63 años. El hombre, luego de asesinar a la mujer, alteró la escena del crimen e intentó desviar el curso de la investigación, pretendiendo que el caso sea caratulado como un suicidio, según se probó en juicio.
La fiscala Viviana Duarte, de la Unidad Penal 8 de la Fiscalía Zonal de San Lorenzo, logró demostrar durante el juicio oral y público que la víctima falleció a raíz de un shock hipovolémico por laceración pulmonar, producto de las heridas causadas por arma de fuego.
De acuerdo con la autopsia practicada a la víctima, la mujer recibió cuatro impactos de bala padeciendo una muerte agónica. La Fiscalía sostuvo su acusación en pericias y declaraciones testimoniales, entre otros elementos.
Lea más: Fiscalía ya investiga crimen en San Lorenzo como un feminicidio
Se probó que el hombre se encontraba en la zona al momento del crimen por medio de la ubicación de su celular, así como las imágenes de circuito cerrado de la cuadra donde se visualiza el horario en que este salió y regresó al domicilio. La pericia balística halló plomo en su mano derecha e izquierda, informó el Ministerio Público.
En el transcurso de la investigación se analizaron tres características en este caso, una de ellas es que la mujer consumía antidepresivos por problemas a raíz de la violencia de la que era víctima.
Los otros aspectos tomados en cuenta por el Ministerio Público fueron que las lesiones sufridas fueron en zonas vitales y que se observó excesiva violencia. Todos estos aspectos caracterizan a las muertes por feminicidio, según Protocolo de las Naciones Unidas.
Nota relacionada: Detienen al marido de la mujer asesinada en San Lorenzo
Finalmente, el informe forense descartó por completo que sea un suicidio pues el primer impacto ya le produjo una perforación en el corazón y el pulmón, por tanto es “humanamente imposible” que se haya disparado ella misma los siguientes tres impactos que fueron registrados.
El hecho se registró en marzo del 2019 en el interior de una vivienda ubicada en las calles Panchito López casi Pasaje Centurión, del barrio Tayazuapé de San Lorenzo, Departamento Central.