El mismo señaló que el desbloqueo de listas sábana se aceleró, con la mejor intención, pero que lo más importante, que era la cuestión del control del financiamiento, se dejó para el final.
“Y ahora tenemos el peor escenario, una ley de desbloqueo que puede ser implementada en la municipales, dejando para el final el proceso más importante que es el fortalecimiento del marco legal para hacer un efectivo control, porque yo se que hoy tenemos la ley del financiamiento pero es una ley pensada para un contexto distinto al del desbloqueo, con el desbloqueo se cambia la dinámica y ya no van ser campañas de partidos o movimientos, van a ser campañas individuales”, remarcó.
Filártiga expresó que si hoy el financiamiento no se puede controlar de manera rigurosa exigiendo la rendición de cuentas a los partidos y movimientos que son específicos y contados, como va a ser eso con 1.200 o 3.000 candidaturas.
Sostuvo que en un contexto como el nuestro, de una debilidad institucional, de poco acompañamiento o interés de los actores políticos por formalizar ese tipo de proceso, lo lógico era pensar que en un tiempo tan corto como el que se tiene para las próximas elecciones, es difícil de pensar que se pueda realmente implementar o aprobar una ley de financiamiento que obligue a los actores políticos a publicar o rendir cuenta de todos sus datos.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsApp“El escenario hoy es más complejo que lo que teníamos antes, incluso el remedio puede ser peor en este caso”, puntualizó.
De acuerdo al profesional, si lo que el desbloqueo buscaba que el elector tenga realmente la libertad de optar por el candidato que quiera votar, eso posiblemente se va a cumplir, que después sea efectiva o no ya es otra cosa, pero que se generan otras dificultades como el del financiamiento.
“La relación del dinero y la política es uno de los grandes temas de la agenda política actual a nivel mundial. No se puede pensar en una democracia de calidad en donde el uso del dinero no esté controlado”, remarcó.
DISTORSIÓN. Explicó que el dinero no regulado distorsiona de alguna manera el proceso democrático y que si el financiamiento no está regulado de manera correcta, el dinero en si mismo introduce ciertas distorsiones en el proceso democrático. “En primer lugar que su distribución desigual incide en la posibilidad que tienen los partidos y los candidatos. Incide en el mensaje que llega a los electores, aquellos que tienen el dinero, los financistas, se posicionan de manera distinta frente a otros ciudadanos en el momento de ejercer su influencia sobre los partidos y los candidatos”, aseveró.
Mencionó asimismo que tanto la Justicia Electoral como otros mecanismos de control no consiguen que los partidos rindan cuentas y a pesar de eso siguen recibiendo los subsidios. “Yo creo que el financiamiento público a los partidos se tiene que mantener, porque un escenario de ir hacía un financiamiento solamente privado es mucho más peligroso y más difícil de controlar”, acotó.
El escenario hoy es más complejo (es peor) que lo que teníamos antes. Incluso el remedio puede ser peor en este caso. Camilo Filártiga, politólogo.