Pese a que hace poco se promulgó una ampliación presupuestaria para el Instituto Nacional del Cáncer (Incán), la odisea de los pacientes que tienen que padecer la falta de medicamentos en el centro asistencial prosigue.
El doctor Julio Rolón, director del centro asistencial, habló a través de Monumental 1080 AM respecto a cuáles son los motivos principales, entre los cuales citó la baja inversión que se realiza en la salud pública.
“Paraguay gasta en salud pública aproximadamente USD 1.150 millones al año, cuando lo ideal sería USD 3.000 millones. Destinamos 3,4% del producto interno bruto (PIB) a salud, cuando en otros países el rango alcanza del 5 al 8%. Hay que hacer una revisión profunda”, sostuvo, alertando que “si no se corrige, podemos llegar a una situación delicada”.
Por otra parte, mencionó la problemática de los amparos para acceder a los fármacos, cuyo foco central es la falta de empresas oferentes o de apertura por parte de las mismas, como consecuencia de la deuda que se tiene con ellas.
“Las empresas no se están presentando porque no están cobrando el importe por los medicamentos que dan. Tenemos que tratar de buscar un mecanismo para que puedan cobrar y a partir de ahí nuevamente contar con la capacidad de tener esos medicamentos, que casi el 99% son importados del extranjero”, explicó.
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Sostuvo que, anteriormente, en un proceso de adjudicación se podía romper con el proceso burocrático y pedir a las firmas que adelanten la entrega de fármacos, pero que actualmente ya no lo aceptan y prefieren esperar a que se confirme que efectivamente fueron las ganadoras.
Asimismo, dijo que son menos las empresas que se presentan como oferentes, ya que algunas pequeñas que se dedican a la venta de medicamentos de no muy alto costo deciden no participar, mientras que aquellas que sí tienen capacidad económica son las que están sosteniendo el sistema.
“En los últimos tres llamados que hicimos, solo se presentaron tres empresas, que tienen respaldo económico, cuando antes teníamos entre cinco a seis oferentes. Porque muchas veces pasa un año y medio o dos años de no cobrar. En doce amparos que se presentaron en los últimos 15 días ni siquiera tuvieron oferentes”, acotó.
Dijo que la situación no solo afecta a la provisión de insumos en el Incán, sino también a todo el sistema de salud, ya que algunas obras que se hacen en muchos hospitales “dependen de la capacidad de las empresas de resistir la falta de pago”.
Altos costos de insumos
El médico detalló que ahora mismo el Incán cuenta con aproximadamente cuatro medicamentos en stock. En tanto, son 60 los medicamentos que deben tener, entre los cuales están algunos de altísimo costo. Puso de ejemplo al Pendorisomax, que tiene un precio de G. 36 millones por ampolla y se utiliza cada 21 días por un tiempo que incluso puede ser indefinido.
“El rango de precio de una ampolla va de G. 150.000 hasta otras de G. 45 millones. Casi G. 72 millones ni siquiera un paraguayo de clase media alta puede sostener, y para uno que no gana ni sueldo mínimo, comprarse una ampolla de G. 150.000 cada ocho a 15 días también resulta imposible”, aseveró.
Lamentó que, pese a que el Instituto Nacional del Cáncer tiene una ley vigente, el paciente que llega con una receta tampoco tiene la garantía de que va a tener los insumos desde el inicio y hasta el final y en la frecuencia que necesita.
“Nuestra salud pública tiene que depender de zutano o mengano. Yo sé que se puede, falta voluntad política nomás”, afirmó, aclarando que la gestión de los amparos está a cargo del Gobierno Central, mientras que el Incán solo recibe y distribuye los medicamentos.