El arzobispo de Asunción, recientemente designado por el papa Francisco para ser el primer cardenal paraguayo, Adalberto Martínez, ofició la misa en el Parque de los Mártires de Marina Cué, el mismo sitio donde se produjo la masacre hace 10 años, y dijo que sin justicia no habrá paz.
“No nos acostumbremos a la guerra, ni a las matanzas... los cristianos estamos llamados a rezar por la paz, orar por la paz y no solo eso, sino ser constructores de paz... Para que haya paz, hay que construir la justicia. Si no hay justicia, no habrá paz...”, expresó el obispo.
Martínez instó a los distintos estamentos de la sociedad a trabajar por el bien común, abogando por una distribución más justa de la tierra y el apoyo para el desarrollo de las comunidades campesinas e indígenas, recordando cómo a este último grupo le fueron arrebatando tierras indiscriminadamente.
LUCHA POR LA TIERRA. Los campesinos, aglutinados en la Comisión Vecinal Naranjaty Marina Cué, reafirmaron su compromiso en la lucha por la tierra que reclaman en honor a sus caídos, la cual señalan que fue usurpada por la empresa Campos Morombí, relacionada al fallecido ex senador colorado Blas N. Riquelme, y que obra en el informe de la Comisión de Verdad y Justicia (CVJ) como un caso de tierras malhabidas.
Durante la misa, los miembros de la comunidad asentada en el lugar presentaron como ofrenda el mapa de las tierras que exigen y las documentaciones del proceso.
El Congreso había aprobado en el 2020 un proyecto de ley de expropiación de tierras en favor de los campesinos de Marina Cué, pero finalmente, el presidente Mario Abdo Benítez vetó dicho proyecto, pese a que había prometido a los interesados que promulgaría.
“Dieron muerte a la democracia”
La Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) estuvo presente en la misa y al acto recordatorio de la masacre de Curuguaty, presentando su informe Tierra, Justicia y Libertad: Marina Cué 10 años después”.
El material fue presentado por primera vez este lunes y luego ayer, como muestra de compromiso y apoyo a la Asociación de Familiares y Víctimas de Marina Cué.
Durante la presentación, los representantes de la Codehupy indicaron que, a diez años de la masacre, la pregunta “¿Qué pasó en Curuguaty?” sigue teniendo resonancia actual, porque sigue sin contar con la respuesta de quienes tenían la obligación de responder.
“Así también, la causa sigue comprometiendo el interés público, porque en esa tragedia también dieron muerte a la democracia en Paraguay”, señalaron, con relación al juicio político que terminó con el gobierno de Fernando Lugo en el 2012, utilizando la masacre como principal argumento.
“Este nuevo informe, además de su valor informativo y documental, como vehículo de memoria, tiene el propósito de seguir apoyando, en clave de incidencia y acciones públicas, la defensa del caso”, dicen.