“Él es un sicópata”, dijo la siquiatra Nancy Monges, al declarar ayer en el juicio oral contra Julio César González Cáceres, acusado de estrangular a su pequeño hijo Jesús Daniel González, de 5 años.
El cuerpo fue abandonado a unos 17 metros de la ruta en el Troncal 3, de Chaco’i, tapado con una toalla. Al lado estaba su mochilla, donde estaba escrito el nombre de su madre, Mabel, y su número de teléfono. Esto fue lo que declaró Gabriel Quintana, perito policial de Criminalística.
Ayer se realizaron varias declaraciones en la audiencia donde juzgan por homicidio doloso al citado González Cáceres. Son jueces Christian González, Christian Bernal y Sonia Villalba.
También declararon Juan Carlos Arévalos, entonces jefe de la Comisaría de Chaco’i; el suboficial Néstor Ozuna y la madre del acusado, Marta Beatriz Cáceres.
SICÓPATA. Uno de los testimonios más relevantes fue el de la siquiatra Nancy Monges, quien examinó al acusado en julio del 2016 y este año. En ambos confirmó su diagnóstico. El acusado es un sicópata. Sufre de trastorno disocial de la personalidad.
Según dijo, cuando González tenía unos 9 años, la madre le dijo que era adoptado. Eso lo traumó. Se sintió rechazado, se alejó de su familia. Tuvo un padre alcohólico. Alegó que, antes que reformarse, entró al negocio de la familia, el tráfico de drogas, a los 15 años, y fue preso en la Argentina. Después, volvió al país, se casó y se separó.
Acotó que luego fue pareja de Mabel Benítez, con quien tuvo a Jesús Daniel, pero se separaron. Esta separación fue el “disparador” para su conducta sicópata, dijo Monges.
Indicó que tiene una parte de su cerebro sin funcionar, el lóbulo frontal, lo que hace que no tenga la capacidad de inhibir ciertas conductas. Fue así que puede hacer cosas terribles y luego se arrepiente, pero no tiene consciencia.
Afirmó que incluso este año, en su entrevista, comentó que ama aún a Benítez. La siquiatra sostuvo que el trastorno disocial de la personalidad era severo, ya que de 40 puntos posibles en el test llegó a 30.
Monges remarcó que puede tener una conducta normal, pero al darse el disparador de la conducta por el sentimiento de abandono, rechazo y desprecio, hace cosas sin pensar.
LA MADRE. Por su parte, en su declaración, Marta Beatriz Cáceres, madre del acusado, reconoció que le dijo que era adoptado, ya que era muy cabezudo, pero no era verdad, sino que es su hijo legítimo.
Los demás testigos declararon cómo hallaron el cuerpo putrefacto tapado con una toalla el 15 de marzo del 2015. Al lado estaba una mochilla con sus ropas y elementos de aseo. En la mochilla escribieron el nombre de la madre y su número de teléfono. Luego, la llamaron para avisarle.