Puntualmente, los portones fueron abiertos a las 19:00, y a las 20:30 hizo su arribo Luizinho Só Pra Voce, con un variado repertorio y a las 21:00 El pionero Rubén Rodríguez y el DJ Juan Oren hicieron un recorrido por los mejores temas brasileños y lo mejor de Luis Miguel y Marco Antonio Solís, haciendo la previa al concierto del Buki, previsto para el próximo 1 de marzo en el Jockey Club Paraguayo.
Puntualidad, elegancia y buen show. Puntualmente, Só Pra Contrariar piso fuerte el escenario a las 22:00. Enfundados en unos elegantes trajes negros y combinando con sobriedad, el escenario se iluminó con un imponente juego de luces y apoyo animado que conjugaron alegría que le dio un fresco a la cálida noche que quedó marcada por los gritos alborozados de más de 5.000 personas.
El tema Te amar sem medo (1994) fue el encargado de abrir el concierto, al que le siguieron Meu jeito de ser y Cheia de manias. Un sonriente Alexander Pires demostró en todo momento porque es el favorito de las baladas del Brasil.
Asimismo, no perdió un minuto para saludar al público presente que devolvió el saludo entre gritos, aplausos y “Te amamos por siempre, Alexander”.
Tras las primeras tres canciones, Fernando Pires se puso al centro de la pista para dar voz a la canción Que Beleza, un clásico del cantante Tim Maia que data de 1974. Posteriormente, un feliz y acalorado Alexander volvió a tomar la posta del escenario e interpretó O samba não tem fronteiras y Quem dera.
En esta parte del emotivo espectáculo, Pires demostró sus excelentes dotes de bailarín de inicio a fin, que acompañó con todo el carisma que lo caracteriza con una sonrisa de oreja a oreja y pidiendo brazos al aire de un lado a otro.
En varias oportunidades, Pires saludó no solo al público guaraní, sino también a sus compatriotas que se agolparon hasta el Yacht para acompañarlos en lo que es el cierre de 35 años de historia de uno de los grupos más queridos del vecino país.
Alexander hizo un repaso por sus canciones solistas que le valieron gran éxito a nivel internacional como Tá por fora, también hicieron su aparición en otros puntos del concierto las canciones Usted, Necesidad, Ámame, Es por amor, Quitémonos la ropa y En el silencio negro de la noche.
La máquina del tiempo se encendió y volvimos a 1993 con A Barata, uno de los clásicos de Só Pra Contrariar y en este punto, varios de los integrantes de la numerosa banda le pusieron voz a los acordes. Mientras el vocalista realizaba un cambio de vestuario, Fernando volvió a tomar la posta con Minha fantasía, canción que data del 2003 y es una versión en portugués del tema It Ain’t Over ‘Til It’s Over del cantante estadounidense Lenny Kravitz.
Segunda vuelta. Tras el cambio de vestuario, esta vez puesto en un traje de seda color claro, Alexander le dio paso a la segunda hora del concierto con Amor verdadeiro, Tão só, Tá por fora y el clásico Marrom bombom. Out door, É bom demais tambien, Que se chama amor, Cuando acaba el placer, Mineirinho y Sai da minha aba.
Uno de los momentos más emotivos de la velada fue el homenaje que realizaron al cantante Bob Marley, a quien, en palabras de Pires fue una influencia muy especial para su carrera y dio paso a los temas Is this love, Three little birds, Get up, Stand up y No woman, No cry.
Cuando el show parecía acabar –luego de una hora y cuarenta de show sin pausa– la agrupación hizo una reverencia al público que pedía 10 canciones más, a lo que el grupo volvió a la pista e interpretó Domingo, Interfone, Mais que nada, Taj Mahal y País tropical, en un solemne homenaje a Jorge Ben Jor, lo que cerró un concierto de dos horas reloj sin ningún desperdicio alguno.