En ese sentido, informó que actualmente son 8.882.145 hectáreas de área cultivable las que están con déficit hídrico, lo que representa el 84% del área total de las unidades de suelo aptas para cultivos.
“Para los productores que realizaron la siembra temprana (hasta los primeros días de setiembre), el periodo crítico de llenado de granos del cultivo de la soja escapó en gran parte de la deficiencia hídrica, si bien para esa época el acumulado de las lluvias fue dentro del parámetro normal, la distribución y frecuencia no fueron las adecuadas, teniendo esto su impacto también en esa siembra”, indica el análisis del instituto.
Resalta además que las zonas productivas más afectadas hasta el momento son San Pedro, Caaguazú Norte, Oeste de Canindeyú y Concepción, mientras que para febrero prevé que también haya déficit de precipitaciones en gran parte del país, por lo que estaría en riesgo la siembra de zafriña en la Región Oriental.
Cosecha. Pese al panorama de preocupación, la cosecha sigue avanzando y ya alcanza 35% de avance, según informó Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP).
Sin embargo, el panorama no es alentador, ya que se reporta una importante caída en los rendimientos respecto al año pasado.
Cristaldo destacó que regiones como Itapúa y Alto Paraná muestran rindes de hasta 4.000 kilos por hectárea, mientras que en las zonas con pérdidas están entre 2.000 y 2.800 kilos por hectárea. Esto se debe a las lluvias irregulares que no han logrado normalizar la humedad del suelo, afectando a cultivos en etapas críticas de desarrollo, explicó.
META. También agregó que, aunque hubo reportes de lluvias significativas de hasta 40 milímetros en algunas zonas, la falta de precipitaciones uniformes continúa limitando las proyecciones de rendimiento.
“La situación es compleja porque los aguaceros han sido puntuales y no lo suficientemente generalizados para beneficiar a todas las regiones productivas”, detalló.
De cara a la cosecha total, Cristaldo advirtió que alcanzar las metas previstas será difícil. Aunque el objetivo inicial era superar las 10 millones de toneladas, ahora mantener una cifra cercana a esa cantidad ya parece un desafío.
Subrayó la necesidad de monitorear las condiciones climáticas en las próximas semanas, ya que estas definirán en gran medida el impacto final en la producción nacional y las exportaciones.