El presidente del gremio, Eno Michels, explicó que en parcelas donde se esperaban 4.000 kg por hectárea, se están observando 2.600 kilos.
“Hay problema de rindes en muchas parcelas de pequeños, medianos y grandes productores. Tuvimos problema de mucha lluvia en enero, cuando entró febrero no llovió más y ahí se había desarrollado un hongo en la raíz de la soja y muchas parcelas registraron muerte súbita”, detalló.
Esta situación se observó sobre todo en el Norte de Alto Paraná y en zonas agrícolas de Canindeyú, lo que sumado a la merma de la siembra temprana en Itapúa, impacta en la producción final.
“Creo que con esto vamos a estar entre 8 millones y 8,5 millones de toneladas. Es posible no llegar al sueño de los 9 millones de toneladas”, agregó sobre las primeras proyecciones que tenía el sector al inicio de la campaña sojera.

Michels prefiere no descartar aún las estimaciones, ya que la cosecha está avanzada en un 50% y recién en unos 40 días se podría tener mayor certeza sobre los números finales de rendimiento.
Por ahora el clima soleado contribuye a que los trabajos de recolección se realicen de manera continuada.