Tras una reunión del sector privado e instituciones públicas, este martes, se decidió solicitar –vía Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC)– una declaración de emergencia hidrológica por parte del Congreso Nacional.
El director de Puertos, Carlos González, señaló que a pesar de que el directorio de la ANNP ya declaró una emergencia hidrológica se necesita el acompañamiento del Poder Legislativo para disponer de los recursos para hacer frente a la situación.
“El viceministro Pedro Britos va a encaminar el diálogo para que, a través del MOPC, se eleve al Congreso Nacional (el pedido) y que por ambas cámaras (Diputados y Senadores) se pueda declarar un estado de emergencia, eso es lo que nosotros necesitamos”, mencionó González.
Afirmó que desde la ANNP se encuentran limitados en la disposición del presupuesto. “La intención es poder absorber todos los puntos críticos donde hay muchos problemas con las embarcaciones”, recalcó.
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Según el funcionario, Puertos ya liberó la suma de G. 1.500 millones para gastos de mantenimiento de una dragadora, personal y combustible. Mencionó, no obstante, que el monto solo cubre un mes y se estima que los trabajos de dragado se extiendan por dos meses más.
Por su parte, Juan Carlos Muñoz, representante del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos, informó que durante la reunión se coordinó el trabajo de la draga 4, que está posicionada en Pilar, limpiando la base del muelle. A esta máquina se sumaría otra más desde este miércoles.
Asimismo, otras dos dragas serán contratadas para los trabajos de despeje en el Norte. Muñoz indicó que este viernes se comunicará concretamente el programa de trabajo del Grupo de Trabajo Interinstitucional permanente, conformado para delinear acciones que permitan mejorar la navegabilidad.
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De la reunión también participaron Esteban Dos Santos, presidente del Centro de Armadores, y Renato Sosa, de la Cámara de Puertos Privados. Sobre la bajante, Dos Santos comentó que este problema era una inquietud desde hace tiempo.
“Entre los efectos que produce la pronunciada bajante está el aumento de averías de las embarcaciones, produciendo sobrecosto a las empresas de navegación y que al fin y al cabo terminará trasladándose al costo final del importador y del exportador, restando competitividad”, explicó.
Agregó que, además, a las cargas de contenedores se está aplicando una tasa de modo excepcional por efectos de las aguas bajas, las cuales varían entre USD 100 a 200 por cada contenedor de 20 pies.
“Esta es una tarifa excepcional que se realiza por cada contenedor exportado, y esto es en compensación del volumen menor que toman las embarcaciones en sus viajes. Afecta sobre todo a la exportación de arroz, carne, azúcar, entre otros”, indicó.