Egipto e Israel han mantenido estrechas relaciones comerciales, han colaborado en materia de seguridad y relaciones diplomáticas durante casi medio siglo desde el acuerdo que convirtió a El Cairo en el primer gobierno árabe en reconocer a Israel.
El tratado de paz de 1979 conllevó la retirada israelí de la península del Sinaí ocupada durante la guerra de 1967 y El Cairo se convirtió en uno de los principales receptores de ayuda militar estadounidense junto con Israel, su país vecino.
Pero para los egipcios de a pie, Israel sigue siendo un enemigo público.
Los funcionarios del gobierno de El Cairo, por ejemplo, evitan las referencias claras a Israel en las comunicaciones sobre economía, a pesar de su importante peso en el comercio de energía.
La devastadora guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, ambos fronterizos con Egipto, ha revitalizado la larga historia de solidaridad de los egipcios con los palestinos.
Por otro lado, los turistas israelíes, que solían visitar en masa los balnearios en el Sinaí, dejaron de hacerlo en octubre de 2023, cuando estalló la guerra por el ataque de Hamás a Israel.
Algunos analistas acusan a Israel de violar el acuerdo de paz con sus acciones en Gaza.
El profesor de la Universidad de El Cairo, Mustapha Kamel al Sayyid, considera que la toma israelí del lado palestino de la frontera entre Gaza y Egipto en mayo pasado fue una “violación flagrante del tratado” de paz.
Pero aún así, el acuerdo sobrevive, se mantiene y los analistas coinciden en que ninguno de los dos gobiernos contempla suspenderlo.
El lunes, tanto el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, como el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, rindieron homenaje al legado diplomático de Carter, que le valió el Premio Nobel de la Paz.
Aunque los analistas coinciden en que no está planteado cuestionar el tratado, la paz nunca se ha convertido en amistad.
Medio siglo después del histórico tratado firmados por el presidente egipcio Anwar al Sadat y del primer ministro israelí Menachem Begin, en Camp David en septiembre de 1978, Carter es percibido de manera diferente en ambos lados de la frontera.
El 6 de octubre de 1981, Anwar al Sadat fue asesinado por islamistas egipcios, que lo acusaron de haber cometido una traición que merecía la muerte.
Del lado israelí, “en las últimas décadas, las críticas de Carter a la política israelí han llevado a una parte significativa de la opinión pública a ver su actitud como sesgada y desequilibrada hacia Israel”, estima Ofir Winter, investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv.
Carter se opuso firmemente a la expansión de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados y acusó a Israel de llevar a cabo una política de apartheid.
En 2015, Benjamín Netanyahu no quiso reunirse con Carter durante una visita a Israel.
Por su parte, Mustapha Kamel al Sayyid, profesor de ciencias políticas en la Universidad de El Cairo, cree que será recordado como “el presidente estadounidense que ha demostrado ser el más justo con los árabes”.
En El Cairo no ondea ninguna bandera israelí desde que los manifestantes irrumpieron en la embajada israelí tras el levantamiento egipcio de 2011. AFP