Darío Lugo
Nuestro Mirador Económico se posa, en su primera entrega, sobre el sector que genera mayor cantidad de mano de obra, con el 65% del total de los empleos en el país. La pandemia fue una bisagra para la realidad de las mipymes, puesto que durante el confinamiento se patentizó la realidad que acompañaba a este ámbito y, a partir de algunas políticas y la conformación de una federación que alzó la voz para mejorar las condiciones de competitividad, en pospandemia cuenta ya con mayor visibilidad y acompañamiento.
Pero aún faltan incontables escalones para superar algunos obstáculos, según reconoce el arquitecto Luis Tavella, presidente de la Federación Paraguaya de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Fedemipymes).
El experimentado industrial esboza una radiografía del sector al que más le cuesta sostenerse en la temporalidad, porque lo formal está aún lejano en la vara de quienes facturan entre G. 650 millones y G. 7.000 millones al año, además de enfrentar todavía cierta burocracia para superar metas y no alcanzan a estar en los registros de todas las entidades públicas ni acceder a financiación acorde.

Tras aparecer la Federación, a influjo de la realidad que golpeó en pandemia, la entidad logró ampliar la reserva de mercado para las compras públicas (del 9% al 20%), de tal manera a que el ámbito tenga opción de participar con expectativas de facturar en conjunto unos USD 500 millones al año.
MOTORES
Tavella hace referencia a cuatro pilares fundamentales, que son el motor de la Federación: formalización (con la modificación de la ley de Mipymes); acceso al mercado (con la posibilidad de participar en las compras del Estado) acceso financiero (una caja de ahorro solo puede mover hasta G. 6 millones y sirve a un segmento muy pequeño aún, según reclama el manufacturero) y, por último, tecnología (sin información en tiempo real y rápida, no se pueden tomar decisiones). No obstante, el derrotero de la federación habla de un inicio con 14 gremios aglutinados, en noviembre de 2020, para consolidarse ahora con 32 gremios, dentro de los cuales hay dos en Alto Paraná y uno en Pedro Juan Caballero.
RADIOGRAFÍA
El espectro de las mipymes se desentraña mediante las micro, que facturan hasta G. 650 millones al año; las pequeñas, con facturación de hasta G. 3.200 millones; y las medianas, que pueden alcanzar los G. 7.000 millones, según el arquitecto.
Existe gran diferencia en volumen respecto de las pares en la región, puesto que en otros países las pequeñas llegan hasta USD 4 millones en facturación y las medianas hasta USD 13 millones, lo que evidencia enormes distancias en torno a estructura y competitividad. Un inconveniente macro apuntado por el referente es que las regulaciones, tasas y leyes mantienen una mirada y parten de la premisa de que todas las empresas son iguales (las micro y hasta las grandes).
Resume que de las 366.000 Mipymes con RUC existentes, 320.000 son micro. De estas últimas, 220.000 facturan menos de G. 10 millones, las que son calificadas por Tavella de formales, pero con alto condimento informal. “Casi el 80% de ellas factura, en realidad, menos de G. 30 millones”, enfatiza.
Al orientar la mirada sobre las mipymes que elaboran alimentos o domisanitarios, no solamente el camino a la formalidad deberá pasar por el RUC, la inscripción en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) o el Instituto de Previsión Social (IPS); también tendrán que cumplir con requisitos sanitarios y otros. Muchas de las empresas aglutinadas en este segmento son familiares y no son altamente competitivas, de acuerdo con su análisis.
Al hilar fino, el referente explica que con una facturación de G. 15 millones mensuales y un margen de ganancia del 20%, se abre la enorme dificultad para que estas empresas abonen salarios y respondan a cargas sociales. “Solo el 41% de las 320 mil microempresas están dentro del sistema financiero; el resto no puede ser catalogado de unidades competitivas y difícilmente perduren en el tiempo, ya que no están plenamente capacitadas o no tienen crédito razonable”, justifica.
Al tiempo de consignar que los rubros esenciales que motorizan el espectro de las Mipymes son servicio, comercial e industrial, Tavella destaca que el 75% de las mismas operan en Asunción, Central, Alto Paraná, Itapúa y Caaguazú, prioritariamente.
Solo que apenas el 7% de las microempresas están registradas en el IPS y el METSS, y de entre las pequeñas se llega al 63% solamente.
Paso en falso
Una esperanza abierta para mejorar el ecosistema de este segmento fue la firma de la reglamentación, en diciembre de 2023, en torno al acceso del propietario de una microempresa a la seguridad social.
“Pensábamos que sería un éxito y se iba a gestar una campaña de comunicación importante desde el MTESS”, refiere Tavella.
Lo cierto es que en el sector se llevaron una sorpresa: se comunicó muy poco y son solo más de 100 las empresas inscriptas, según información extraoficial recibida en el entorno. El industrial expone una dura realidad: cuando se conocieron los datos de facturación real, mediante la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), se evidenció que por más oportunidad de brindarle al microempresario para que cuente con seguridad social, todavía le cuesta desprenderse de unos G. 500.000 respecto de su facturación de apenas G. 2.000.000 mensuales para seguridad social, y menos para jubilación.
LÍNEA MUY DELGADA
Un abordaje estructural es perfilado por el profesional para describir la a veces delgadísima línea entre lo formal e informal, cuando se habla de las Mipymes.
“En Paraguay incluso se permite a uno ser ‘legalmente’ informal. Un ejemplo es el que coloca un carro de lomito en la vereda, y que está obligado solamente a pagar una tasa municipal. Mientras que en frente puede haber un establecimiento concreto, que paga alquiler, le exigen requisitos para su cocina, su baño, debe atender aspectos de salubridad… y todo esto para que el informal trabaje libremente”, analiza.
Por eso aboga para que se vayan eliminando algunas burocracias en municipios, gobernaciones e instituciones públicas, y que se agilicen las inscripciones y registros. La tecnología es punto fundamental que enarbola Tavella, ya que al utilizar correo electrónico, hacer pagos digitales y recibir también factura electrónica, muchos de los pasos serán más simples. Reconoce, de todos modos, que el actual viceministro de Mipymes conoce muy bien el sector y sirve de nexo para las peticiones de este ámbito.