El ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, destacó durante el evento la estabilidad macroeconómica que Paraguay ha alcanzado, atribuyéndola al apoyo de instituciones como el FMI y el BID, junto con el esfuerzo colectivo de la sociedad paraguaya. Sin embargo, también reconoció que existen desafíos significativos, como el cambio climático, la adopción de nuevas tecnologías y la necesidad de reformas institucionales para combatir la corrupción. Estas palabras resuenan con una verdad ineludible; para mantener y potenciar los avances logrados, Paraguay debe mirar hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.
Paraguay tiene una ventaja notable en la generación de energía limpia, un recurso que puede ser el pilar de su desarrollo económico. Con un 100% de su energía proveniente de fuentes renovables, el país está en una posición única para atraer inversiones y fomentar un crecimiento que respete el medio ambiente. Esta capacidad no solo proporciona una base para la sostenibilidad económica, sino que también ofrece una oportunidad para posicionar al país como un líder regional en energías renovables.
Entre otros aspectos de suma relevancia, tanto Goldfajn como Georgieva hicieron hincapié en la necesidad de fortalecer el Estado de derecho y de invertir en la gente. “La clave es el Estado de derecho”, afirmó Goldfajn, subrayando que un marco legal sólido es fundamental para atraer y proteger las inversiones. Georgieva, por su parte, enfatizó que el desarrollo no solo se mide en términos económicos, sino también en la calidad de vida de los ciudadanos. “Inviertan en la gente”, exhortó, destacando la importancia de la educación y la capacitación como motores de un crecimiento inclusivo y sostenible.
La visita de Georgieva y Goldfajn es una señal clara de que las instituciones internacionales ven en Paraguay un potencial significativo para el crecimiento sostenible, desde el corazón de América Latina para el resto del mundo. Sin embargo, este potencial solo puede realizarse con un compromiso decidido de todos los sectores de la sociedad, incluyendo al Gobierno, el sector privado y la ciudadanía en general. Es fundamental que Paraguay no solo mantenga, sino que amplíe sus esfuerzos hacia un modelo de desarrollo que sea inclusivo, equitativo y respetuoso con el medio ambiente. Como ciudadanos, tenemos la oportunidad y la obligación de participar activamente en este proceso, asegurando que las políticas públicas se alineen con los principios de justicia social y protección ambiental. Solo así, Paraguay podrá construir un futuro próspero para todos, donde el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental vayan de la mano.