Después de más de 24 horas de búsqueda, fueron localizados los cadáveres de tres mujeres jóvenes y una anciana en el Morro da Boa Esperança, en la ciudad de Niteroi, afectada por las fuertes lluvias caídas en los últimos días en el estado de Río de Janeiro.
Tras el hallazgo de los cuerpos de las cuatro mujeres, los bomberos dieron por finalizadas las labores de búsqueda de supervivientes, aunque continuarán con los trabajos de retirada de escombros, mientras la Defensa Civil mantiene el estado de alerta ante el riesgo de nuevos derrumbes.
Además de los fallecidos, once personas fueron rescatadas con vida y han sido ingresadas en hospitales de la región, entre ellas tres niños, uno herido de gravedad.
El deslizamiento se produjo cuando, tras las intensas lluvias, parte de la cumbre del Morro da Boa Esperança se vino abajo y enterró al menos seis viviendas que estaban habitadas en el momento del siniestro.
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Entre los 14 fallecidos figuran tres niños y tres ancianas.
Más de 200 personas, entre bomberos, agentes de la Defensa Civil, asistentes sociales y voluntarios, participaron en los trabajos de rescate, que se extendieron toda la noche.
El acceso a decenas de viviendas ha sido bloqueado por cuestiones de seguridad; por otro lado, se instalaron tiendas de campaña y en una escuela cercana se montó una base de apoyo para acoger a los evacuados.
El alcalde de Niteroi, Rodrigo Neves, afirmó que el Morro da Esperança no se consideraba como una zona de alto riesgo geológico, pero según algunos de los habitantes “todo el mundo sabía que eso iba a pasar”.
Las tormentas son habituales durante la primavera y verano brasileños y una de las peores catástrofes de ese tipo tuvo lugar en 2010, cuando fallecieron por los derrumbes más de 250 personas, 48 de ellas en el Morro do Bumba, un antiguo vertedero sobre el cual se construyó una favela.