Johanna Peralta
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Un verdadero paraíso recóndito está distante a unos 80 kilómetros de Concepción, con fácil acceso por la ruta. Se trata del arroyo Tagatiyá, que cruza por distintos establecimientos privados que permiten el acceso, con ciertos requerimientos.
ÚH llegó hasta la posada Ña Blanca, una estancia que propone ecoturismo con distintos atractivos turísticos para vivir unas vacaciones en familia o con amigos.
Dentro de la Región Occidental o Chaco, a 500 kilómetros de Asunción, se puede disfrutar al máximo de la naturaleza en su máximo esplendor. La nueva ruta a Concepción facilita llegar al establecimiento. A 100 metros del portón de ingreso, que tiene un cartel, está la casa de la propietaria, ña Blanca, quien recibe a la gente.
A pesar de su edad, ella se encarga de fiscalizar todos los cuidados que necesita el lugar con un recorrido diario por su establecimiento.
Se trata de un emprendimiento familiar, en el que sus hijas y una nieta colaboran. Esta última, nos guió para llegar a lo más profundo del bosque, hasta llegar a las paradisíacas aguas.
Agua cristalina y más
El arroyo Tagatiyá tiene aguas cristalinas con un color verde producido por las piedras calcáreas, donde se aprecian peces de distintas especies, entre las que más se dejan ver en cardumen de peces están; Tres puntos y otro conocido como “cola roja”, que abundan en el arroyo dejando ver el espectáculo de danza de peces.
Está rodeado de una vegetación de unas 347 hectáreas para hacer senderismo y paseos a caballo.
El lugar ofrece pasar el día pagando una entrada de G. 20.000. El establecimiento cuenta con zonas para camping con baños y dos áreas de hospedaje con todas las comodidades necesarias para el huésped, sin salir de lo rústico.
Además, el estacionamiento es bien amplio y para los que se quieran recrear practicando deportes, también disponen de canchas.
Durante los últimos años, el turismo rural experimenta un notable crecimiento en Paraguay y uno de los destinos emergentes más destacados, es el Tagatiyá, aunque no es muy promocionado, es un verdadero tesoro escondido. Este pintoresco rincón del país, cautiva a propios y extraños con su belleza natural.
El Tagatiyá se extiende a lo largo de varios kilómetros en medio de una exuberante vegetación y aguas cristalinas que invitan a los turistas a disfrutar al aire libre de caminatas, apreciando los animales del lugar.
Sus paisajes idílicos ofrecen el escenario perfecto para realizar fotografías y contemplar la fauna autóctona de la zona.
En la estancia, se muestra a una variedad de animales que están en la granja como: Cerdos, pavos, gallinas, gansos, patos, aves, y más que forman parte de los atractivos del lugar
También hay caballos que son cuidados por el esposo de doña Blanca, que tiene 86 años.
Conscientes del potencial turístico de la región, las autoridades locales y los habitantes de las comunidades aledañas están trabajando en conjunto para promover el turismo rural de manera sostenible y responsable. Se desarrollaron rutas turísticas, como la ruta del Gua’a, que obtuvo un premio a nivel internacional “Excelencias Turísticas 2023”, en el marco de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en Madrid, España.
El turismo rural en el arroyo Tagatiyá no solo da beneficios económicos a las comunidades locales, sino que también contribuye a la conservación del medio ambiente y al fortalecimiento de la identidad cultural. Además, ofrece a los viajeros la oportunidad de desconectarse de la rutina diaria y sumergirse en la belleza y tranquilidad de la naturaleza paraguaya.
Área protegida
La reserva del Tagatiyá es un área protegida ubicada en el Departamento de Concepción, Paraguay. Esta reserva abarca aproximadamente 2.200 hectáreas y se encuentra en la cuenca del río Paraguay, en un bosque.
En relación con su fauna, la reserva alberga una gran diversidad de especies. Entre los mamíferos que se pueden encontrar en la reserva se destacan el tapir, el oso hormiguero, el agutí, el zorro y especies de murciélagos que no son fáciles de ver, pero habitan ahí. Para los amantes de los pájaros, es posible avistar numerosas aves como el loro verde, el tucán, el martín pescador y el urutaú.
En cuanto a la flora, la reserva cuenta con una variedad de especies vegetales típicas del ecosistema del cerrado se encuentran árboles como el lapacho, el palo santo, el guayubiro, el timbó y el urundey. Se encuentran diversas especies de arbustos, pastizales y plantas acuáticas.
La reserva es un importante refugio para la conservación de la biodiversidad en la región. Su protección contribuye a la preservación de las especies que habitan en ella, así como a la protección de los recursos naturales y el mantenimiento de los ecosistemas existentes.
En definitiva, el Tagatiyá es un destino imperdible para aquellos que buscan vivir una experiencia única, alejados de las grandes ciudades y conectados con la esencia del Paraguay rural. El entorno natural incomparable, sumado a la calidez de la gente, hacen de ese lugar un verdadero tesoro escondido en el país.
Posada Ña Blanca
Doña Blanca Ferreira de González (76) es la propietaria de la Estancia Ña Blanca, quien explicó que desde hace cuatro años, aproximadamente, habilitó este emprendimiento.
Para habilitar su establecimiento para el turismo rural o de estancia, ña Blanca tuvo que preparar los caminos internos que conducen al arroyo. Otra importante inversión realizó en la colocación de los atractivos para los visitantes. “El arroyo es hermoso, mandé hacer tobogán, escaleras para bajar al arroyo, y tengo un bote para realizar paseos”, explica.
Aunque el agua es cristalina al punto de visibilizarse los peces, está prohibida la pesca, pero se pueden dar un chapuzón cerca de ellos o apreciarlos desde la orilla. “Aquí se encuentra silencio, aunque a veces vienen jóvenes que hacen fogatas y hay un poco más ruido. Disponemos de tatacuá, quinchos, hamacas, lavaderos y baños”.
Cerca del monte se instalaron 10 sanitarios, ya que los baños no pueden estar cerca del agua.
El sendero tiene 2.500 metros entre el arroyo y el monte. “Ahora mandaré colocar tirolesas y subiré un poco más las entradas”, expresó Blanca.
Como se trata de un lugar boscoso, la propietaria comentó que en el sitio hay animales silvestres. “Llegamos a ver tigre, león, aguara’i, guasu, que salen detrás de los residuos que la gente deja. Yo voy a limpiar todos los días del año. Lastimosamente, la gente no tiene la cultura de tirar su basura, por sobre todo las botellas de vidrio”, se lamenta.
Las áreas de camping cuentan con quinchos, mesas y todo lo necesario para acampar. “La temporada alta es diciembre, enero y febrero es el momento en que debo ahorrar para seguir invirtiendo durante el año en mantenimiento, especialmente en el camino que lleva hasta los arroyos”, explica.
La ubicación es dentro de una reserva natural, por lo que la propietaria cuenta con licencia ambiental. La Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) suele brindarle asesoramiento sobre el turismo de estancia. “Le pedimos al Gobierno que nos ayude a arreglar los caminos internos, ya que es costoso” dice.
El costo del hospedaje es de G. 200.000 por habitación e incluye aire acondicionado, ventilador, baño y camas hasta para 4 personas. El precio es sin desayuno, porque es posada. El desayuno cuesta G. 10.000, cocido con tortillitas o mbeju.
Más datos al (0982) 917-792 o en Instagram: @estanciablanca.