Destreza física y técnica, y una capacidad de suscitar emociones en el público que va más allá de lo técnico, denota un verdadero compromiso de los tres actores en esta puesta, que denuncia situaciones de injusticia social en la historia de los mensú.
Poesía en sus textos, que si bien son látigos de realidad, se atenúan con el dulce sonido del idioma guaraní, además de las modernas interacciones desde la tecnología, luces y sonido, que suman a la calidad de esta obra que expone entornos de explotación, miseria, del pueblo paraguayo, del trabajador, del peón, pero lo hace con tono poético y delicadas acciones artísticas, donde los actores despliegan su talento en música y destreza corporal.
A través de la metodología de trabajo que parte del metodólogo alemán Bertolt Brecht, los actores rompieron la cuarta pared, logrando una dialéctica con el público.
Se nota el inmenso trabajo en equipo de esta obra, donde actores, productores, técnicos, director y demás componentes ponen su grano de arena y hacen una montaña de calidad.
Los aplausos fueron de pie en la sala repleta del Juan de Salazar, donde se pudo ver una vez más esta obra el sábado 29 de marzo y el público al salir de la sala decía, ¡ojalá ofrezcan más funciones!