La directora de cine, teatro y actriz Tana Schémbori retorna a su primer amor artístico: el teatro, y lo hace a través de dirección y montaje de la puesta teatral El hijo de la novia, original para el cine de Juan José Campanella y Fernando Castets, en versión teatral de José Antonio Vitoria y Garbi Losada. El estreno será este viernes 27, en Arlequín Teatro.
Schémbori se reencuentra con la adrenalina de las tablas después de 15 años. La última vez que dirigió una obra teatral a nivel profesional fue en el año 2003, con la obra Kurusu, que ganó el Premio Arturo Alsina, a la mejor obra del año. “No quiero dejar que pase más tanto tiempo para volver al teatro”, señala Tana.
En esta ocasión dirige a prestigiosas figuras, como José Luis Ardissone y Myriam Sienra, dos actores a quienes considera referentes.
“Tomé este gran desafío de llevar una historia del cine al teatro...”, dice Tana, que continúa con la docencia en este campo y al frente del Taller Integral de Actuación (TIA).
“Hacía tiempo que veníamos conversando con José Luis (Ardissone) de volver a trabajar juntos, y fue Pablo, su hijo, quien propuso hacer esta obra, y casualmente, tengo una linda amistad con uno de sus guionistas, Fernando (Castets), quien nos ayudó mucho con la corrección de Los buscadores”, recuerda Schémbori.
Para la directora de 7 cajas y Los buscadores, “salir de la zona de confort”, es muy bueno, así como “retomar la experiencia de dirigir a profesionales”, aunque siente que no perdió la cercanía con los escenarios por su trabajo con los estudiantes, dirigiendo las obras de fin de año de TIA.
“Esto es muy diferente a lo que vengo haciendo en TIA. Sobre todo, trabajar con Myriam y con José Luis me da mucha ilusión, me hace superbién”, explica la directora y cineasta.
DETALLISTA. Es innegable que los años que lleva trabajando en el campo audiovisual, le dan a Tana Schémbori una visión, ritmo y estilo diferentes a la dinámica de la producción y dirección de teatro, y eso se percibe entre los integrantes del montaje.
“Estamos felices con ella... aunque nos tiene a los piques”, bromea José Luis Ardissone, actor, director y fundador del Teatro Arlequín, quien interpretará a Nino, personaje presentado en la película por Héctor Alterio.
José Luis Ardissone se pone serio y recuerda que Schémbori empezó su carrera en Arlequín. “La recuerdo adolescente, estudiando con Carlos Aguilera, luego integrando algunos elencos en obras del Arlequín, como el coro de Madre Coraje. Después, ella siguió otro camino... pasaron 33 años para reencontrarnos profesionalmente, y este reencuentro es entrañable”, confiesa el actor y director.
José Luis cuenta que Tana es superdetallista. “A veces trabajamos hasta cinco horas por día en los ensayos. Ella es de las que llevan a la perfección las cosas, y tiene en cuenta los micromovimientos que considera necesita un personaje, hasta cómo tiene que mover un dedo. ‘El personaje lo requiere’, dice ella”, apunta Ardissone, quien cree que son los años en el cine, los que colocan la mirada de Tana “como una cámara encima del actor”.
“Esta es una experiencia renovadora, a mis casi 50 años de trabajar en teatro. Cuando alguien te sacude así a esta altura de tu carrera, es algo fantástico, es como la llegada de la primavera después de la sacudida del otoño, esto me está pasando como actor”, explica metafóricamente.
El fundador de Arlequín Teatro se anima a decir que su compañera de escena, Myriam Sienra (quien interpretará a Norma), comparte la misma sensación. “A veces nos miramos y ya sabemos lo que estamos pensando mutuamente”, señala acerca de la que es una colega y con quien comparte “un largo currículum de amores escénicos”.
ELENCO GENEROSO. La directora “elige sus batallas, le gusta que las cosas salgan bien”, dice José Luis. Asimismo, “cuida mucho su alma”, y eso la lleva a elegir bien a las personas con quienes comparte proyectos, añade.
Para armar el elenco, algunos actores fueron elegidos por cásting, otros en forma directa.
“Estoy muy contenta con José Luis y Myriam. Una de las razones por las que acepté la dirección fue porque estaban ellos. Para elegir a los demás, hice un cásting taller, porque a través de él puedo ver si será generosa la interacción entre los actores”, explica Tana.
En el trascurso de los años, Schémbori observó el desenvolvimiento de muchos novatos y profesionales de la actuación y producción, por lo que es capaz de percibir y diferenciar cuando alguien “ama lo que hace”, dice.
“José Luis y Myriam son de los actores que sienten satisfacción al hacer teatro, aman lo que hacen; yo hasta lagrimeo al sentir ese amor tan grande que le tienen al teatro... y tienen una humildad para ser dirigidos. A veces me pregunto si lo que les digo está bien, pero luego pienso, por algo me contrataron”, reflexiona con sencillez Tana Schémbori.
Aunque la cineasta y teatrista le tiene muchísimo cariño a la obra, también le tiene mucho miedo, “por el peso que implica estar al frente de una obra premiada internacionalmente, y que tuvo a actores como Norma (Aleandro) y Héctor (Alterio), aunque nuestros actores paraguayos no tienen nada que envidiarlos. Además, viene Fernando (Castets) para el estreno”, agrega la cineasta.
EJEMPLO. Para la directora, los jóvenes actores y en formación, tienen mucho que aprender de los referentes del teatro. “A veces no sé por qué los chicos hacen teatro; ¿será por la fama para llegar a la televisión? Ellos (Myriam y José) tienen mucha más fuerza que muchos jóvenes, así como disciplina, puntualidad”, enfatiza.