La protesta en Argentina, convocada por la Asociación Civil Taxistas Unidos, se produce apenas un día después de que otro nutrido grupo de taxistas colapsara al menos diez puntos de la capital argentina, también en señal de protesta por estas aplicaciones a las que acusan de operar de forma ilegal.
“Lo mínimo indispensable (que pedimos), sin llegar a la violencia, son controles: controles en las calles, en los aeropuertos... Los ilegales trabajan con una impunidad total, suben y bajan pasajeros en cualquier lado, no hay control en absoluto de nada”, contó a EFE el taxista Julio César Villalón.
En este caso, a partir de las 12.00, los conductores empezaron a ocupar la mayoría de los carriles disponibles en varios puntos de la 9 de Julio, concretamente en la zona del Obelisco y en sus intersecciones con las avenidas Córdoba y Belgrano.
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Asimismo, los taxistas destacaron que esta movilización seguirá produciéndose por “tiempo indeterminado” hasta que el Gobierno, al que acusan de “no estar controlando nada”, les ofrezca una solución.
“A cualquier trabajador le cobran por cualquier cosa, por el tema de los monotributos, los impuestos y todo. A Uber no le están cobrando absolutamente nada, por eso también echamos la culpa al Gobierno”, protestó otro conductor, llamado Carlos Ruiz.
Preguntado acerca de si el gremio de los taxistas aceptaría una actividad regulada de estas plataformas de transporte, Ruiz subrayó que “lamentablemente ya está todo regulado” y no hay espacio para la competencia.
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“Si el Gobierno realmente quiere hacer algo, que abra fábricas y dé un trabajo en otra cosa, pero acá, en el transporte, ya no da para más”, sentenció.
Este conflicto comenzó en 2016 con el desembarco de la plataforma de transporte Uber en la capital argentina, que comenzó a operar en la ciudad pese a no tener los permisos para hacerlo.
De hecho, en noviembre del año pasado el Gobierno porteño aprobó una ley para frenar el avance de esta aplicación, al endurecer las penas a quienes transporten pasajeros de manera ilegal, como hace la plataforma, pero Uber sigue funcionando en Buenos Aires.
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Por su parte, Cabify sí cuenta con los permisos necesarios para operar en Buenos Aires, aunque los taxistas acusan a la plataforma de “competencia desleal” y por ello la consideran ilegal.
En este sentido, el taxista Villalón afirmó que en los últimos tres años la actividad del sector del taxista se redujo “mínimo un 40%".
“Hoy una licencia está tirada por el piso, se están pagando a 50.000 pesos (unos USD 840) cuando hace tres años valían entre 200 (unos USD 3.400) y 220.000 (unos USD 3.700)”, lamentó.