Los laxantes farmacológicos son de venta libre, lo que los hace más accesible para las personas con problemas de constipación. Como el colon se va volviendo resistente al producto químico, los pacientes van cambiando de marca y aumentando la dosis para que el medicamento haga el efecto deseado.
Su consumo puede dañar gravemente al intestino grueso y los “yuyos” no están exentos de los efectos colaterales.
Algunas personas con problemas de evacuación prefieren tratarse con productos “naturales” como el té de rosa mosqueta o sen, que pueden ser laxantes muy poderosos. “El drama de los yuyos es que uno no sabe cómo dosificarlo”, explicó a Radio Monumental el doctor Ricardo Isaías Fretes, especializado en coloproctología en Brasil y Francia.
Al igual que los productos químicos, pueden ocasionar inercia cólica con el pasar de los años y los casos más graves pueden derivar en complejas cirugías para la extracción del colon. En esta etapa la vida del paciente corre peligro.
Fretes insiste en que antes del consumo del laxante se debe hallar la causa de la constipación y tratarla. Entre el 96 y 98% de los problemas de evacuación son a raíz de la mala alimentación.
Se refirió al consumo de la comida chatarra acompañada de la gaseosa, el plato preferido por los jóvenes. “Se perdió la cultura de comer naranja”, lamenta el especialista.
A esto se suma la intención de adelgazar, las personas consumen los productos comerciales, si bien les provoca una sensación de que uno “está vacío”, en realidad es una mentira, advierte.
En el caso de las mujeres existe otro motivo de constipación, el embarazo. Durante el parto se puede destruir la musculatura de la pelvis y después de los 45 años comienzan los problemas. Se tiene la sensación de evacuar pero no se tiene fuerza, a este inconveniente se lo conoce como obstrucción del tracto de salida.