Afirmó que desde su dirección se realizó una serie de estudios técnicos que revelaron la necesidad de reparaciones profundas en la estructura. “El edificio no está completamente dañado, pero no es seguro para su uso actual ni para construcción ni para vivienda con seguridad. Entonces para poder utilizarse requiere reparaciones. Esas reparaciones son muy onerosas y eso lleva a una situación de definición de qué se debe hacer,’’ explicó León.
Los informes técnicos finales ya fueron entregados meses atrás y la decisión final sobre el inmueble será tomada en una o dos semanas. ‘‘Nuestro Departamento solo proporciona información técnica, pero la decisión de qué hacer con el edificio no nos compete. En este momento, se está evaluando si es más viable repararlo o enajenarlo’’, añadió.
Mientras tanto, el deterioro del edificio sigue generando preocupaciones entre los vecinos, quienes denuncian reiteradamente su uso como aguantadero por personas adictas. A pesar de las acciones tomadas para que no se ingrese y se rapiñen puertas, bidé, inodoros, ventanas y todo lo que tenía el complejo habitacional, estos visitantes se las ingenian para entrar al lugar.
Durante cada verano, la pileta del edificio se convierte en un criadero de mosquitos, lo que representa un riesgo para la salud pública. Además, las malezas crecen en el lugar y el deterioro es muy visible.

El edificio Excélsior fue adquirido en 2009 durante la administración de Luis Riart, ex ministro del MEC, por un valor de G. 14.045.123.400, a pesar de estar valuado en G. 12.579.600.000. La compra, realizada de manera urgente, fue posteriormente cuestionada y Riart fue condenado en 2019 a tres años de prisión por lesión de confianza. Desde junio cumple condena en la Agrupación Especializada.
El inmueble, que debía albergar oficinas para 200 personas, permaneció abandonado desde 2009 y perdió un 40% de su valor original, según dio a conocer la cartera educativa el año pasado en un informe.
Un carga. Desde 2009 el edificio Excélsior fue ese elefante blanco en el despacho de los 9 ministros de Educación que se pasaron la pelota y no hicieron nada para evitar la millonaria devaluación de unos G. 5.000 millones. El local perdió valor tras 14 años de abandono de parte del MEC.
Primero se habló de oficinas educativas, luego viviendas de alquiler para repoblar la capital e incluso su refacción completa para definir su destino. No se movió nada.
A un año de asumir Luis Ramírez, la titularidad de la cartera educativa, comunicará en las próximas dos semanas la decisión que asumirá la administración.
Mientras, el edificio continuará siendo rapiñado incluso a plena luz del día, como lo denuncian los vecinos.
Buscando solución parche, el MEC resolvió hace años cubrir la planta baja del inmueble con una estructura de chapas y maderas, pero con el tiempo hasta esto se rapiñó. Posteriormente, se resolvió con levantar paredes en los espacios de las puertas y ventanales de la planta baja que se fueron destrozando para ingresar en el lugar. Las personas adictas se las ingeniaban para trepar e ingresar por las ventanas de pisos más altos
Además, se habló con la Policía Nacional para que cuiden el lugar, pero eso se pudo solo esporádicamente, y no las 24 horas del día, lo que facilitó aún más el saqueo, incluso del sistema de cablerío eléctrico de las instalaciones.