Fáciles de adulterar e imposibles de auditar son las urnas electrónicas, según sostienen los técnicos de la organización Tedic, muy preocupados por la promulgación por parte del Poder Ejecutivo del proyecto de uso de este sistema de votación, con desbloqueo.
“No hay forma de auditar las urnas electrónicas que traigan al país. Adulterar las urnas no requiere de 70 u 80 personas para lograrlo, basta con una sola”, expresó la ONG.
En el mundo solo cinco países utilizan el voto electrónico: Brasil, India, Estonia, Venezuela y Filipinas, y varios volvieron a las papeletas por la falta de garantías de transparencia de las urnas.
“La emisión del voto electrónico no necesariamente transparenta el proceso democrático, sino que lo vulnera. A través de la urna electrónica pueden rastrear quién emitió cuál voto. Es necesario resguardar la privacidad de los votantes”, indicó Tedic.
Con este planteamiento, la organización sostiene que la forma es inconstitucional y vulnera el voto secreto. Explicaron que el desbloqueo se puede ejercer con papeletas, sin usar tecnología en la emisión del voto, pero sí en el escrutinio, donde se puede utilizar tecnología con escáneres para asegurar la eficacia.
La abogada Maricarmen Sequera, directora ejecutiva de Tedic, alertó que con las urnas electrónicas se pueden precargar los resultados o tener errores técnicos y hasta fraude.
El diputado Justo Zacarías había manifestado que con esos argumentos entonces nadie deberá depositar dinero en un banco. Pero los técnicos apuntaron que existe una gran diferencia. “Los sistemas bancarios son distintos al voto electrónico, ya que los primeros no necesitan anonimizar ningún dato, sino garantizar que se registren los movimientos tal como los titulares de cuenta han definido dichas transacciones”, señaló.
La ONG también respondió al diputado Sebastián Villarejo, uno de los más férreos defensores del voto electrónico, desde Patria Querida.
“El resultado no se transparenta con la impresión del voto en papeleta. Existen muchas etapas en el proceso de votación electrónica que pueden ser vulneradas, desde calibrar pantallas hasta el tipo de software. El fracaso está en poner en riesgo el precepto constitucional del secreto del voto. Con las urnas electrónicas, ese fundamento democrático deja de existir”, indicó.