Techo con goteras, avance de humedad, fisuras de gran proporción en la pared de adobe y termitas consumiendo el retablo son parte del deterioro de la iglesia San Joaquín y Santa Ana.
Largo viacrucis. Hace más de 16 años que la comunidad exige trabajos de conservación para el histórico templo declarado patrimonio nacional.
“Se había restaurado el techo cuando el presidente fue Nicanor Duarte Frutos, pero se ve que el material fue de mala calidad y el deterioro fue nuevamente rápido. Cada lluvia es fulminante por las goteras y la humedad que avanza en las paredes de adobe”, lamentó el poblador Gustavo Bazán.
Desde la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) señalan que el protocolo de intervención fue aprobado a finales del 2020 y queda a cargo del Ministerio de Obras Públicas (MOPC) el proceso licitatorio. Desde Última Hora intentamos tener la versión de este último ente, pero no hubo respuesta.
PROTOCOLO. Uno de los puntos de disputa fue el protocolo de intervención, elaborado por el equipo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA).
Al respecto, la coordinadora del trabajo, la arquitecta Maricarmen Couchonnal, comentó que la Secretaría de Cultura tardó cerca de siete meses en aprobar dicho protocolo que abarca tres aspectos para la intervención: área edilicia, bienes muebles como retablos y parte externa para puesta en valor.
A raíz de esta burocracia, consideró que la licitación tardaría en ejecutarse.
“La primera parte del proyecto se entregó en noviembre del 2019 y se trataba de un protocolo de emergencia porque detectamos un peligro de colapso. Abarcaba el apuntalamiento de la iglesia, y protección y salvaguarda de los bienes que están empotrados en los muros de adobe. En teoría tenía que realizarse con rapidez, pero la SNC rechazó el protocolo porque no entendieron que se trataba de una primera parte de emergencia y no de la restauración”.
Posteriormente, relató que la entrega del proyecto general se realizó a la FADA en marzo del 2020, y el 30 de abril logró llegar hasta la SNC, por el periodo de la cuarentena total.
“Eso quedó encajonado durante siete meses y luego de las movilizaciones realizadas por la comunidad empezaron la aprobación. Para la restauración edilicia lo hicieron el 30 de octubre, y en noviembre aprueban la totalidad del protocolo”.
Señaló que no hubo respuestas previas para correcciones en meses anteriores.
“Si se hablaba de modificaciones en junio más o menos ya nos hubiéramos puesto de acuerdo para lograr que entre en la previsión presupuestaria del MOPC para la licitación en este 2021. No sabemos si se va a licitar este año. Ahora que tenemos todo el protocolo se está buscando el financiamiento”.
CONTRAPARTE. Consultado al respecto, el ministro de la SNC, Rubén Capdevila, señaló que realizaron una audiencia pública con los pobladores, onde señalaron las falencias del protocolo. “Esos ajustes son los que tardaron”.
Preguntado sobre las falencias, solicitó que se hable con la arquitecta Clarisse Insfrán, directora de Registro del Patrimonio.
La directora aclaró que a su unidad llegó el 29 de octubre de 2020 el protocolo, específicamente, de lo que compete a los bienes artísticos integrados.
“El protocolo planteaba la demolición total del altar mayor que es de abobe y sustitución de la estructura del retablo por madera. Con eso no estábamos de acuerdo y en una audiencia pública explicamos eso a la comunidad que tampoco quería que el altar se toque. Deseaban conservar el adobe”.
Al soporte de adobe se encuentran adheridas las piezas de madera policromadas.
Insfrán agregó que luego se reunieron con los proyectistas y solicitaron hacer una mera conservación de los aspectos del retablo mayor y de las piezas.
“Una restauración de desmonte implica alterar la originalidad, en este caso, sustitución de partes fundamentales por el respeto a la técnica, a la historia y a la comunidad”.
Cuestionan que aprobación de protocolo de intervención tardó siete meses en aprobarse en Secretaría de Cultura. Desde el ente señalan que no estaban de acuerdo con proyecto de restauración con desmonte.