La Cumbre del Mercosur que se desarrolla en nuestro país desde ayer, y que hoy tendrá su punto culminante con la intervención de los jefes de Estado de los países miembros del bloque, pondrá sobre la mesa algunos temas que ya comenzaron a caldear de a poco el ambiente diplomático, como el consabido anuncio del Gobierno uruguayo de avanzar en un tratado de libre comercio (TLC) con China y las respuestas de los cancilleres de los demás países sobre esta propuesta, además de las posiciones dispares frente a la guerra en Ucrania.
Precisamente, en la víspera, durante la reunión preliminar entre diplomáticos de los Estados partes, ya hubo un fuerte cruce entre los ministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, y el de Uruguay, Francisco Bustillo, por la intención uruguaya de acordar comercialmente con el gigante asiático.
Los ministros aprovecharon la ocasión para exponer sus diferencias. El canciller argentino dijo que para Argentina las decisiones por fuera del consenso contribuyen a la “desnaturalización” del bloque, al tiempo que Bustillo respondió que para Uruguay es inaceptable un cuestionamiento a su voluntad de integración.
“Seríamos más débiles sin Mercosur, tendríamos menos músculo para enfrentar los cambios en la forma de la producción, el comercio, por fuera del bloque”, sostuvo Cafiero.
“Algunos usan el término modernizar, para la Argentina modernizar no implica disgregar al bloque y la toma de decisiones unilaterales sino asumir la responsabilidad de transformar y profundizar el proceso de integración, para nosotros modernizar es trabajar con nuevas herramientas dentro y no fuera del proceso de integración”, añadió el argentino.
A su turno, el canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, tomó la palabra y dijo que el bloque tiene que poder ofrecer a sus miembros “un marco adecuado que permita el desarrollo de sus pueblos y de sus economías” ante los desafíos actuales.
Bustillo agregó que el Mercosur debe trabajar “con un sentido modernizador y realista”.
“No hemos logrado cumplir con los objetivos propuestos en los textos fundacionales del bloque”, arremetió, dejando en evidencia una vez más las diferencias respecto a cómo los países del Mercosur deben llevar adelante las negociaciones comerciales fuera del bloque.
Flexibilizar. Por su parte, el canciller de Brasil, Carlos França, también se refirió a los acuerdos comerciales bilaterales sin consenso, y se mostró a favor de flexibilizar normas:
“Estamos dispuestos a discutir flexibilizaciones que requieren los países, manteniendo la unión interna del Mercosur”, señaló.
A su turno, el ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país, Julio Arriola, hizo énfasis en la necesidad de llegar a consensos entre los Estados partes para comercializar con otros países.
Presentes. Han confirmado su presencia para el cónclave de hoy los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Uruguay, Luis Lacalle Pou; y Bolivia, Luis Arce (en proceso de adhesión plena).
Asimismo, el primer ministro de Guyana, Mark Phillips, y la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, cuyos países están asociados al mecanismo fundado en 1991. La participación del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es aún una incógnita, aunque los anfitriones mantienen sus esperanzas. Bolsonaro había desistido el pasado martes de acudir a la Cumbre, luego de consultar con su Gabinete, pero ayer nuevamente reflotó la posibilidad de que acuda.
Esta será la primera cumbre que se realizará de forma presencial tras dos años. Uruguay asumirá esta vez la presidencia pro témpore.
Ayer, el canciller Arriola expuso los logros de nuestro país durante la presidencia, entre las que destacó haber concluido las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre Mercosur y Singapur.