Desde entonces pasó a formar parte de la larga lista de desaparecidos durante las dictaduras militares sudamericanas y del pacto de terror que las unía para el intercambio de información y prisioneros que, en su mayoría, fueron opositores al régimen.
Ayer, el doctor Rogelio Goiburú, que dirige el Equipo Nacional para la Investigación, Búsqueda e Identificación de Personas Detenidas y Desaparecidos entre 1954 y 1989 (Enabi), informó sobre el resultado de los estudios genéticos practicados a muestras de restos óseos exhumados en la ex Guardia de Seguridad de la Policía y confirmó una tercera identificación que corresponde a José Agustín Potenza. Sus restos fueron hallados y desenterrados el 19 de marzo de 2013 en una fosa común y sometidos a estudios de ADN comparados con muestras de sangre de su hermana Rosa Inés Potenza y su hija, Silvia Beatriz Potenza.
El Equipo Argentino de Antropología Forense informó que los restos analizados corresponden a José Agustín Potenza. Con él, ya suman tres desaparecidos identificados, los primeros dos fueron Miguel Ángel Soler, dirigente comunista paraguayo, y la italiana nacionalizada argentina, Rafaela Giuliana Filipazzi.
Precisamente con ella habían visto por última vez a Potenza en Investigaciones. Los embajadores de Argentina, Eduardo Zuain, y de Uruguay, Federico Perazza, asistieron ayer a la reunión de prensa, donde se dio a conocer esta nueva identificación. Ellos coincidieron en que si durante las dictaduras los gobiernos coordinaron acciones para violar los derechos humanos, hoy, a través del Mercosur, deben integrarse para llevar memoria, verdad, justicia y reparación.