Se registran 99 denuncias de abuso sexual infantil en el servicio de Fono Ayuda del Ministerio de la Niñez y Adolescencia (Minna) y otras 319 de maltrato en lo que va del año. Las denuncias sobre vulneraciones hacia niños y adolescentes ascienden a 1.043 en estos cinco meses.
El Ministerio Público registró 2.957 denuncias de abuso sexual hacia niños, niñas y adolescentes en todo el 2021. Son trescientos casos más que en el 2020. En los primeros tres meses del año, tienen 885 casos que están investigando. En esta entrevista, Teresa Martínez, la ministra de la Niñez y ex fiscala contra la trata de personas, explotación sexual en niños, niñas y adolescentes, cuestiona que los niños no son tratados como seres humanos y que hay un retroceso en materia de la prevención del abuso sexual y de la violencia hacia los niños.
–¿Se registra un incremento de casos o denuncias de abuso sexual en el país?
–Aumentan las denuncias, nunca vamos a saber si son los casos o las denuncias. Anteriormente la gente ocultaba, que es lo que pasa también con los embarazos adolescentes porque como se sabe que es producto de un abuso, no le llevan a las niñas o adolescentes a las consultas ginecológicas, no se puede hacer ni la atención mínima.
Hay aumento de consultas también en este ámbito. Nosotros confiamos en que este incremento de las denuncias se debe a todas las campañas que realizamos a través de los medios y con el trabajo comunitario que se hace en el campo. También las campañas que se hacen con Salud, mediante las USF (Unidades de Salud de la Familia).
–¿Cómo ayudan las USF?
–La instalación de estas unidades están más cerca de la gente. Se acercan más ahí, se van más a los controles porque las adolescentes pueden ir por cuenta propia. El miedo (de las adolescentes) es siempre el entorno familiar porque es el responsable de los abusos. Estos espacios son amigables para los adolescentes. Y si detectan indicios de abuso sexual infantil también el personal se encuentra obligado a denunciar ante las instancias. Hay 78 USF en todo el país, claramente se necesitan más, pero antes habían 18.
–¿Cómo se dan las denuncias de abuso infantil en el país?
–Primero, el entorno en el cual se da en la sociedad es el más próximo, casi en su totalidad. Muy pocos son los sucesos entre pares, más o menos el 0,001%, pero también se da un aumento en esta franja etaria actualmente. Evidentemente nos condiciona mucho socialmente; qué lo que somos, qué hacemos.
Esto se da dentro de la casa, no es un abusador serial que persigue niños como en otros países. Es algo que es sistemático, permanente y en el entorno mismo. Hasta que se detecte, el niño denuncie o alguien vea ocurren muchos abusos, no es algo de una sola vez. Son muy pocos los casos donde en el primer abuso ya se detectó. Hay un retroceso en esta materia por eso vemos un aumento y también el incremento de casos entre pares que se descubren en el ámbito educativo.
–¿Por qué hay tantas denuncias o cuál es la particularidad del país en el entorno familiar?
–Muchas veces, para mí son muchas excusas, pero hay una falta de respeto hacia el otro. Lo que vimos en este último año y medio es ese concepto de propiedad que se tiene todavía con los niños. Se vio con todo lo que pasó cuando se dijo que se iba a quitar la patria potestad. Todos los padres reaccionaron, de cualquier condición, padres de colegios y clubes altos preocupados por esto. Se tiene eso de que el niño es de mi propiedad, no es un ser humano con derechos y que se los tiene que proteger. Se los ve con necesidades y que uno tiene que satisfacer sus necesidades. Cuando uno ve desde esa óptica es que la gente se cree que tiene el derecho de hacer cualquier cosa con el niño.
–¿Se tiene ese concepto de generación de cristal?
–Es porque los ven así. Ahora la gente dice que no le puedo más educar al chico, que no puedo más castigar físicamente. El tema es que no es que no se puede castigar, las familias tienen la obligación de educar a sus hijos, pero esto quiere decir poner límites.
El pegarle no es la única forma de disciplinar, lo que se busca es construir un ciudadano, no se construye con el miedo, sino poniendo en un sistema democrático, dialogando, estableciendo límites y enseñando que el otro tiene derechos, ahí aprende a respetar al otro ser humano, al que está al lado de uno. Así no le va a abusar a su amigo porque es más grande, tampoco cuando sea adulto, porque tiene incorporado en su proceso de formación y eso no se procesa a los golpes.
–¿Cómo es la reacción de las familias cuando trabajan con ellas?
–Son muy abiertas, lo que se tornó algo positivo después de que fue negativo, cuando se dijo todo eso de la ideología es que grupos de padres se incluyeron en el plan nacional de niñez. Se sentaron los que creían que les íbamos a afectar y se dieron cuenta de que no era así. Ellos son los que promueven los eventos hoy. Siempre hay grupos más cerrados, no toleran que se hable de género porque tienen un concepto distinto, no toleran que se hable de educación sexual integral porque tienen otra idea de lo que significa.
–¿Es tan difícil hablar de educación integral sexual?
–No podemos negar que se necesita trabajar en la educación sexual, que los chicos tienen que saber porque es normal que tengan sus apuros, sus cambios hormonales, tienen que saber cómo se pueden contener. Qué es lo que pueden hacer y qué no. Eso solamente se puede cambiar dialogando y hablar entre todos. Acompañado por los padres, en la comunidad educativa deben estar integrados los padres. Es algo que tenemos que hablar entre todos, no se puede hablar a escondidas del tema por tabúes. Al chico no le hablás de algo y aprenden todo de internet, por otras vías.
Este martes 31 de mayo se recuerda el Día Nacional de Lucha Contra el Abuso Sexual y otras formas de Violencia hacia Niñas, Niños y Adolescentes del Paraguay, en conmemoración de la niña Felicita, una vendedora de mandarinas de Yaguarón que fue encontrada muerta en la punta del cerro de la ciudad y con signos de haber sido abusada. Ocurrió hace 18 años.
- No podemos negar que se necesita trabajar en la Educación Integral Sexual. Los chicos tienen que saber, tener información.
- La gente dice que no le puede más educar al chico, pero desde el castigo físico. La obligación es educar con límites y no pegando.
- Hay grupos de padres que son cerrados todavía, que no quieren que se hable de género porque tienen otro concepto.