Muchas personas de buen corazón realizan acciones altruistas de manera silenciosa y discreta. Una de esas personas es Teresita Irrazábal de Ehreke, quien desde niña sintió el deseo de ayudar a las personas vulnerables. Sin embargo, fue al ingresar al Movimiento Apóstol de Schoenstatt, que vivió en carne propia esa verdadera vocación.
“Es como si esa inquietud hubiera encontrado un propósito, una estructura y un profundo concepto cristiano que le dio forma a mi deseo de apoyar a otros. A partir de ahí, se abrió ante mí un camino que recorro junto a mi familia y mis amigos más cercanos hasta el día de hoy”, expresó Teresita, quien está casada con Guillermo Ehreke y es madre de tres hijos: Silvia, Guillermo y Adolfo.
Teresita confía en que ayudar a los demás ha generado un profundo crecimiento personal al estar en contacto directo con las personas más vulnerables y necesitadas.
“Además de experimentar un bienestar emocional al brindar apoyo, el trabajo social me ha permitido comprender aún más la realidad de quienes menos tienen. También me ha dado la oportunidad de crear lazos con personas que comparten intereses similares, lo que nos permite generar cada vez más ayuda”.
Ejemplo
La mujer manifiesta que el deseo de brindar apoyo a quienes menos tienen está profundamente arraigado en su familia. “El servicio social y la ayuda al prójimo, que es un valor fundamental para nosotros, por lo tanto, para mí fue algo muy natural”, mencionó.
La altruista mujer manifiesta que lo primero que valora es el ejemplo que está dejando a sus hijos y nietos.
“En nuestra familia nos ha servido para reforzar los valores que practicamos, para generar una conciencia social responsable y enseñar a nuestros hijos a ser buenos ciudadanos”, reflexionó.
Declara que el apoyo familiar es fundamental en su trabajo. “El respeto y la tolerancia fortalecen la misión que asumí. Mi familia está involucrada en mis iniciativas, brindando apoyo emocional e incluso participando activamente en muchas de ellas”, explicó.
Desafíos
También menciona que en esta labor filantrópica existen múltiples desafíos en varios aspectos, tanto a nivel organizativo como en lo personal. “Uno de los mayores retos es conseguir los recursos necesarios, porque las donaciones pueden ser intermitentes, pero el compromiso de ayudar es constante. Trabajar con personas vulnerables o en situaciones difíciles puede ser emocionalmente desgastante, especialmente cuando las necesidades superan los recursos con los que contamos”.
Destaca la importancia de hacer visible la causa para sensibilizar a la sociedad, aunque reconoce que es un gran reto. A pesar de contar hoy en día con redes sociales, el desafío radica en captar la atención de las personas en un mundo saturado de información y distracciones.
A Teresita le gustaría ser recordada como alguien que dejó una huella positiva en la vida de los demás, no por grandes gestos, sino por pequeños actos de amor, servicio y ayuda. Como una persona siempre dispuesta a escuchar, a tender una mano ya brindar apoyo, motivada únicamente por la alegría de ayudar al prójimo.