“El coronavirus es un enemigo formidable, poderoso, destructivo, cruel. Es un enemigo silencioso, que provoca dolor y sufrimiento”, dijo el presidente chileno, Sebastián Piñera en momentos en que el balance total en el país asciende a 167.355 infectados y 3.101 muertos.
Las luces y sombras han acompañado a Mañalich desde que se detectó el primer caso en el país a principios de marzo.
Mientras muchos defienden que Chile fue uno de los primeros en Latinoamérica en prepararse para la pandemia y que es uno de los que más exámenes realiza, otros aseguran que el tono triunfalista del Gobierno durante los primeros meses y la estrategia de las cuarentenas “dinámicas” ha sido un fracaso y ha llevado a la nación a ser una de los más afectadas en la región.
El Gobierno se vio obligado a dar un giro de guion a principios de mayo y a decretar una cuarentena obligatoria en Santiago, el principal foco de la pandemia y donde la red hospitalaria está al límite.
MILLONES ESTÁN AISLADOS. Junto a la capital, las ciudades porteñas de Valparaíso y Viña del Mar entraron el sábado en cuarentena, con lo que casi el 50% de los 18 millones de habitantes del país están actualmente en aislamiento.
El cambio en la cartera se produce además horas después de que el medio de investigación Ciper reveló que los datos que el Gobierno informa diariamente a la ciudadanía son distintos a los que entrega a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que habría reportado cerca de 5.000. El Gobierno, que este sábado ofreció explicaciones confusas sobre el desfase en las cifras, ha cambiado en al menos tres ocasiones la metodología de conteo.
Cambio en Salud
El nuevo ministro de Salud es Enrique Paris, ex presidente en dos ocasiones del Colegio Médico de Chile y asesor en distintos Gobiernos. La llegada de París fue aplaudida tanto por la oposición, que a primera hora de la mañana pidió un cambio de estrategia para enfrentar la pandemia, como por la comunidad científica.