Siempre resulta complicado dar continuidad a una historia tan bien estructurada y con un final que rozaba la perfección como fue el de The last of us.
Sin embargo, parece que al estudio Naughty Dog, a quien avalan sagas como Crash Bandicoot o Uncharted, son los retos y trabajar bajo la presión de las grandes expectativas de sus jugadores los que le insuflan esa inspiración para crear un nuevo e impecable juego.
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Con el atrevimiento y la exquisitez que Naughty Dog imprime a sus títulos, llega The last of us: part II, la continuación de una historia posapocalíptica que maravilló al mundo del videojuego y que este viernes aterriza en exclusiva para PS4 como la despedida perfecta a una consola que ya cuenta los días para dar paso a su relevo generacional, la esperada PS5.
Tras la reciente noticia de que la PS5 llegará al mercado a finales de noviembre de este año, The last of us: part II se presenta como un magnífico colofón a una consola que conocimos hace siete años, los mismos con los que cuenta The last of us, lanzado en 2013 para Playstation 3.
Así, siete años después, llega la secuela del título, un videojuego al que le ha costado ver la luz tras ver su estreno retrasado hasta en dos ocasiones a causa de las dificultades en la producción derivadas de la pandemia mundial de Covid-19.
No obstante, parece que la espera ha merecido la pena y que los jugadores, incluso los más reticentes a extender la historia, estarán satisfechos con la propuesta de Naughty Dog. The last of us: part II no solo puede presumir de hiperrealismo y de un exquisito balance entre narrativa cinematográfica e interactividad, sino que, además, es capaz de interpelar al jugador y plantearle cuestiones morales y reflexiones, algo que pocas veces antes habíamos visto en un videojuego.
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The last of us: part II nos sitúa en el pequeño pueblo de Jackson (Wyoming, Estados Unidos) donde, 25 años después del inicio de una pandemia que asoló el país provocando la mutación de los humanos en criaturas caníbales, supervivientes como Joel y Ellie tratan de alcanzar un término que ahora parece utópico, la ‘normalidad’.
Si el primer título de la saga se centraba en la historia de Joel, esta segunda parte pone el foco en la joven Ellie que ahora, con 19 años, y una traumática experiencia sobre sus hombros, busca su lugar en este hostil y descorazonado mundo.
Ellie busca venganza y, gracias al envolvente mundo creado por Naughty Dog, será el propio jugador, como explicó su director Neil Druckmann, el que “querrá vengarse” de aquellos que hicieron daño a la protagonista. 30 horas de juego, el doble que el título original, con un trabajo artístico excepcional harán que el jugador quede totalmente absorbido por la historia que tiene ante sus ojos y, en este caso, en sus manos.
Es importante, al hablar del peso del jugador en la historia y de la interactividad y manejo de este, hacer hincapié en las mejoras incluidas en este título con respecto al primero de la saga. Ya lo decía Playstation, “es uno de los juegos más ambiciosos de la historia”, y así lo demuestra su impecable apuesta gráfica y su jugabilidad.
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The last of us: part II mejora el sistema de combate cuerpo a cuerpo con un mayor abanico de movimientos -cabe destacar la gran agilidad en los movimientos de Ellie-, algo que completa con la posibilidad de explorar los escenarios de nuevas maneras: a caballo o en barca.
Resulta esencial darle protagonismo a la posibilidad de saltar, nadar, bucear -mejorado con respecto al primer título- y a la exquisita manera en que Ellie se desplaza reptando, lo que favorece la ocultación y el ‘modo sigilo’ que tanto gusta a los jugadores.
Con unos escenarios más elaborados y extensos, de ahí las 30 horas que implica superar la totalidad del juego, unos enemigos más peligrosos y con más recursos y una Ellie cuyos movimientos para elegir armas dejan al jugador con la boca abierta, The last of us: part II plantea una historia cruda, intensa y en la que la violencia se ofrece sin filtros.
Dejando a un lado el aspecto más técnico, a los giros y sorpresas al más puro estilo Naughty Dog, que abordarán al jugador a lo largo de su experiencia junto a Ellie, se suma el planteamiento de cuestiones filosóficas que requerirán un posicionamiento y una reflexión por parte del jugador y que, sin duda, darán que hablar.
The last of us: part II, el cual ya dio (absurdamente) mucho de qué hablar al mostrar que su protagonista era lesbiana, algo que, a día de hoy, no debería generar debate, es una historia que no deja respirar al jugador y le embarcará en una de las mayores historias jamás contadas a través de un videojuego.