Bajo el título Una estrategia para el dominio de un partido latinoamericano: la compra de votos, el reconocido medio estadounidense The New York Times publicó un reportaje que revela un esquema de presunta compra de votos en comunidades indígenas por parte de la Asociación Nacional Republicana (ANR).
El autor Jack Nicas señaló que durante las recientes elecciones 2023, los periodistas fueron testigos de que representantes del Partido Colorado volvieron a acudir a esta práctica, que califican como “un secreto a voces”.
“The New York Times descubrió un peculiar modo de compra de votos, desarrollado a lo largo de décadas: operativos políticos que reúnen a miembros de las comunidades indígenas en el remoto norte de Paraguay y tratan de controlar o comprar sus votos”, refiere parte del material.
Posteriormente, añade: “Más de una decena de miembros de las comunidades dijeron en entrevistas que aceptaron dinero del partido justo antes de votar”.
Algunos ejemplos
Sobre esa línea, el reportaje ejemplifica que, en vísperas de la jornada electoral, en la comunidad indígena Espinillo, un chofer de ambulancia retirado, que se convirtió en político de la zona, identificado como Miguel Paredes, alzó a las personas indígenas a un ómnibus y las llevó al costado de una carretera, a pocos metros de los locales de votación.
Cuando ya era de noche, Paredes se reunió con algunos miembros de la comunidad indígena y anotó sus números de identificación, tras lo cual les indicó que debían votar por el Partido Colorado y que debían asegurarse de que los demás también lo hicieran.
Posteriormente, mediante el simulador del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), los que se reunieron con Paredes capacitaron a los demás sobre cómo votar por los candidatos colorados, así como uno de ellos les dijo que “el pedido de plata que se comprometió ya está” y que Paredes se encargaría de hacerles llegar.
El medio internacional menciona también el caso de un candidato a gobernador de la ANR que supuestamente “entregó personalmente” G. 200.000 a más de 100 electores indígenas frente a un local de votación en la localidad ribereña de Fuerte Olimpo, Departamento de Alto Paraguay.
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De acuerdo con la publicación, uno de los líderes de la comunidad Tomáraho reconoció que recibió dinero, justificando que se trata de una “práctica común” y que el monto solo les sirve para comprar su ropa. En tanto, alegó que votó por el candidato colorado Arturo Méndez por sus promesas de crear empleos y un nuevo camino.
El representante de la ANR en esa zona del país fue electo con el 73,14% de los votos, tras conseguir “convencer” a un total de 7.103 electores. El político, por su parte, admitió haber entregado dinero a los indígenas, pero alegó que lo hizo porque lo necesitaban.
“Muchos de los cerca de 120.000 habitantes de comunidades indígenas de Paraguay comenzaron a integrarse a la sociedad moderna hace apenas unas pocas décadas, y desde entonces muchos partidos políticos —no solo el Partido Colorado— han tratado de controlar sus votos”, resalta The New York Times.
El periódico estadounidense también recuerda lo que manifestaron en su análisis los observadores electorales, quienes señalaron que en comunidades lejanas, los indígenas son llevados en autobuses hasta sitios cercados, donde se les da carne y cerveza hasta la hora de la votación, a fin de ser controlados antes de que lo haga un partido oponente.
“El día de las elecciones, los trabajadores del partido les pagan a las personas indígenas por sus identificaciones —lo que les impide votar— o los trasladan en autobuses hasta las urnas y les dan dinero. La práctica está tan arraigada, que ha desarrollado su propio vocabulario: hay que ‘arrear’ a los votantes indígenas y llevarlos a ‘corralones’”, afirma al respecto.
Por otra parte, algunos miembros de la comunidad del pueblo Enxet Sur aseguraron que si políticos del Partido Colorado les ofrecen dinero, lo aceptarán, pero que de todas formas seguirían votando en contra del Partido Colorado porque quieren un cambio.
Según The New York Times, el día de los comicios, una parada cercana a un centro electoral se llenó de buses que habían transportado a cientos de miembros de comunidades indígenas para que votaran y que cada uno de los rodados estaba adornado con calcomanías de algún partido político, en su mayoría de la ANR.
Según afirmaron los pasajeros, en uno de los ómnibus con propaganda del Partido Colorado habían recibido cada uno entre G. 100.000 y 150.000, mientras que el chofer del bus sostuvo que los electores recibieron el dinero para comer.
En videos difundidos al día siguiente de las elecciones 2023 a través de WhatsApp y las redes sociales se observa cómo varios miembros de una comunidad indígena van ingresando a un bus, mientras que un hombre ubicado en el acceso les entrega billetes de guaraníes.
“La democracia está siendo puesta a prueba en todo el planeta. En algunos países, los líderes atacan las instituciones democráticas (…) mientras que en otras naciones han trastocado por completo el proceso democrático. Pero en muchos países, una amenaza menos visible pero igual de persistente continúa afectando las elecciones libres y justas: la compra de votos”, reflexiona al respecto Times.
Mientras tanto, poco antes de las elecciones 2023, el presidente electo, el colorado Santiago Peña, intentó negar la existencia de un esquema de compra masiva de votos y alegó que, si fuera una realidad, de igual forma no afectaría los resultados.
“El argumento de la compra de votos la verdad que no tiene mucho sustento (...). Nunca se ha podido demostrar un esquema de compra masiva. Si votan dos millones y medio, tres millones de electores, ¿cuántos votos tendríamos comprados?”, había expresado sobre esa línea Peña.