(…) El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, no se marchitan sus hojas (…).
Todo cristiano lleno de amor a Dios es el árbol frondoso del que nos habla el salmo responsorial, que no se seca jamás. Cristo mismo es quien le da vida.
Pero si el cristiano deja que el amor se enfríe, que penetre en su alma el aburguesamiento, vendrá esa grave enfermedad interior que le dejará como paja que arrebata el viento: es la tibieza, que vuelve la vida desamorada y sin sentido, aunque externamente pueda parecer que nada ha cambiado (…).
(…) Fomentar el espíritu de lucha nos llevará a cuidar cada día el examen de conciencia.
De ahí sacaremos frecuentemente un punto en el que mejorar para el día siguiente y un acto de contrición por las cosas en que aquel día no fuimos del todo fieles al Señor.
Este amor vigilante, deseo eficaz de buscar al Señor a lo largo del día, es el polo opuesto a la tibieza, que es dejadez, falta de interés, pereza y tristeza en nuestras obligaciones de piedad para con él (…).
El papa Francisco, a propósito de la lectura de hoy, dijo: “Pero yo no les entiendo, son como aquellos niños: hemos sonado la flauta y no han bailado; hemos cantado un lamento y no han llorado ¿Pero qué quieren? ¡Queremos salvarnos como nos gusta! Es siempre este el cierre al mundo de Dios (…)”.
No confundamos ‘libertad’ con ‘autonomía’, elegir la salvación que consideramos sea aquella ‘justa’.
¿Creo que Jesús sea el Maestro que nos enseña la salvación? ¿O por el contrario voy por todas partes para alquilar a un gurú que me enseñe otra?
¿Un camino más seguro o me refugio bajo el techo de las prescripciones y de tantos mandamientos confeccionados por los hombres?
Y así me siento seguro y con esta ‘seguridad’ –es un poco duro decirlo-–, seguridad con la que compro mi salvación, y que Jesús da gratuitamente con la gratitud de Dios?
(Frases extractadas de http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0014.htm y https://es.catholic.net/op/articulos/11731/cat/504/-hemos-tocado-la-flauta-y-no-habeis-bailado.html#modal).