José Sanabria Ojeda, propietario de una casa de venta de materiales de construcción y ferretería, nos relató cómo un grupo de estafadores utilizan la dirección de su comercio para engañar a sus víctimas, usando un abanico de artimañas para embaucar a compradores incautos.
“Hicieron un perfil en Facebook donde ofrecen los productos para la construcción a un precio muy bajo de lo normal. Eso genera atracción al cliente”, señaló Sanabria Ojeda, cuyo negocio está ubicado en la Compañía Cañada Garay de Luque.
El comerciante detalló que cuando una persona contacta al número que aparece en el perfil falso, del otro lado le envían la dirección de su local comercial para que el cliente verifique que exista el negocio; sin embargo como a mucha gente les queda lejos para ir hasta el local, deciden hacer los pedidos vía telefónica, con pagos por giros o transferencias.
“Los estafadores piden transferencias o giros, el cliente hace y nunca le llega los materiales”, alertó don José.
Jugada doble. En una ocasión, Sanabria contó que recibió un pedido de material de construcción vía telefónica, que llevaron la mercadería hasta el lugar pactado y descargaron todo, momento en el que el comprador alegó a los funcionarios de la casa de venta de materiales, que ya había pagado todo el pedido vía transferencia; sin embargo, el giro de dinero se realizó a la cuenta de los estafadores.
“Lo que hicieron esa vez los estafadores es que me llamaron por teléfono para hacer el pedido y me dicen: ‘Me podes avisar cuando salgan los materiales y cuando llega en el lugar se le va a pagar’, pero al que realmente compró le dijeron; ‘Cuando lleguen los materiales vos podes enviarme por giro nomás el dinero a tal cuenta’”, detalló.
Es así que el cliente cuando vio los materiales frente a su casa, salió a realizar el giro pero a la billetera del estafador.
“En ese momento tuvimos que volver para alzar los materiales explicando a la persona que solicitó, que el dinero fue a otra parte y no al de la casa de venta de materiales”, acotó Sanabria.
Este indicó que a su comercio siempre llega gente que ve en Facebook la publicación que hace referencia a su local, del cual manifestó que es falso y que nunca hicieron publicidad alguna en dicha red social.
“Por día vienen dos a tres personas al menos a preguntar por cemento que vieron que cuesta G. 40.000, pero en realidad cuesta G. 55.000”, aseguró el propietario.
También recordó que la situación empezó en agosto del año pasado y que la gente iba incluso a reclamar del porque no les llegaban los materiales.
“Esto es triste porque nos perjudica, nos deja mal frente a la gente, ya denunciamos y la Policía no tiene la voluntad de atrapar a los delincuentes, teniendo en cuenta que cada giro o transferencia queda registrado en los bancos por los que se realizó el movimiento”, criticó.
Otro de los hechos que recordó José Sanabria fue lo sucedido con un poblador de Emboscada, quien fue a reclamar que transfirió G. 1.800.000 por una serie de materiales que al final no le llegó.
“Le expliqué como era la cuestión, en ese momento estando frente a nosotros llamó al número al que hizo el giro y le respondieron: ‘Señor nosotros no tenemos ningún depósito, nosotros le llamamos de la cárcel y gracias por su aporte’”, refirió don José.
Contó además que a su local, atraído por el supuesto bajo costo llegó un ciudadano de Paso Yobai, Departamento de Guairá, en búsqueda de alambres, al enterarse del costo real “fue como un cachetazo para el comprador”.