Paraguay tendrá un crecimiento del PIB del 4,2%, fue el anuncio que hizo el BCP días atrás, tras la última revisión al alza. Por su parte, Hacienda informó que la SET recaudó G. 6,4 billones en este semestre, lo que representa un 6,3% más de ingresos, en comparación con el 2016. Aduanas se suma al tren de buenas noticias, con una recaudación que destrozó los récords históricos, ya que logró G. 4,4 billones y superó en 18,94% al primer semestre del año pasado.
No olvidemos los aportes de USD 360 millones al año que hace Brasil, por la cesión de energía paraguaya de Itaipú y los casi USD 100 millones anuales que debe abonar Argentina por la electricidad cedida de Yacyretá. Si se tienen en cuenta las emisiones de bonos, obtenemos recursos por USD 2.880 millones en los últimos cuatro años, de los cuales aún se registra un saldo de USD 410,7 millones, según reporte del Tesoro.
En pocas palabras, en los últimos años hubo más dinero que en toda la historia democrática del país. Es lógico y básico que el MOPC emprenda obras de envergadura, como defienden algunos. Catastrófico sería que no las haga, con todos los recursos que ha recibido.

Dicho esto, lo que plantea la SET con el Impuesto a la Renta Personal (IRP) va de contramano con la visión de desarrollo y formalización del país, al querer retener ilegítimamente los salarios de las personas (muchas de ellas ya están tributando). Primero, porque se envía un mensaje equivocado a los ojos internacionales, dado que hace parecer que el Tesoro no tiene dinero y necesita recaudar a como dé lugar. Segundo, porque se confunde el espíritu original del gravamen, que era el de formalizar la economía. Es decir, que los ciudadanos pidan factura (aunque no sean contribuyentes), que aminore el comercio en negro y que de a poco vayamos escuchando menos la gastada frase de los vendedores: ¿tique o factura?
Hubo más plata que antes y se busca más (otra emisión de bonos en puerta) pero solo observamos matices de esa gran bonanza económica tan publicitada. Hay más desempleo, más pobreza y aún sigue habiendo niños que desarrollan clases bajo árboles.
La cuestión es sencilla. Hacienda necesita recaudar más, porque a pesar del boom macroeconómico, poco se ha avanzado en combatir el verdadero impedimento de nuestro desarrollo: los beneficios de la política prebendaria. Paradójicamente, mejoró la salud de los zoquetes, en coincidencia con la prosperidad macro.
Si la rampante campaña de recaudar más (empezó con el IVA a préstamos de cooperativas), va acompañada de la reducción de los enormes privilegios y despilfarro en las entidades públicas, tal vez la población no miraría tan mal las determinaciones de la SET. Si sigue habiendo pagos por presentismo; subsidios de almuerzo; gourmet card; jugosos viáticos y anuenios; que no sorprenda que muchos sigan eligiendo el tiquet o así nomás.