El presidente de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), Natalicio Chase, manifestó que la aguatera vive de lo que recauda por el servicio prestado, por lo que las inversiones, con recursos propios, no alcanzan porque hace tiempo no se tiene un ajuste de la tarifa.
Detalló que la tarifa tiene una fórmula similar a la del pasaje y si se respetase dicho método de cálculo, el reajuste debería aumentar 40%, pero no se ejecuta por una decisión política del Ejecutivo. Pese a las deficiencias en el servicio que cuestionan constante mente los usuarios, considera que debe haber un aumento.
“A los gobiernos les cuesta tomar esa decisión de ajuste anual”, expresó Chase en contacto con radio Monumental.
Cañería. Asunción y ciudades del área metropolitana necesitan cambio de cañerías en cerca de 500 kilómetros. En los distritos de Gran Asunción se precisa la renovación de un total de 300 kilómetros de cañerías, mientras que en la capital 200 kilómetros.
Actualmente, en ejecución se encuentra el cambio de cañería de 100 kilómetros en Asunción, cuya inversión significa G. 45.000 millones.
Chase afirmó que para este año ya no está prevista la renovación en más tramos por falta de presupuesto ante la mencionada falta de ajuste de la tarifa.
Pérdidas. De toda la producción de agua potable que genera la Essap, el 42% representa la pérdida por lo que no se factura, según el representante de la aguatera.
La pérdida de agua, aseguró, se da por tres factores: caños rotos, que representan el 30%; conexiones clandestinas, el 40%, y la submedición, cuando los medidores por cumplir su vida útil o son robados, no marca el volumen de agua que ingresa a la vivienda.
Uno de los factores de caños rotos es la compra inadecuada que se realizó. “En alguna etapa de su vida la Corporación de Obras Sanitarias de Asunción (Corposana) y la Essap compraron caños que no cumplen con los requisitos de presión, que debe ser de 10 kilos, entonces se rompen”, declaró Chase en radio Monumental.
Agregó que otro factor es la mala colocación. Relató que si el caño está enterrado a 20 o 30 centímetros, el calor produce envejecimiento prematuro del caño. En cuanto a las conexiones clandestinas, el presidente de la aguatera estimó que existen cerca de 45.000 casas con el acceso ilegal. A pesar del considerable porcentaje de pérdida de agua, argumentó: “Es más caro evitar la pérdida con todo el movimiento que hay que hacer”.