1- ¿Dónde poner el acuario? La pecera puede ser ubicada en cualquier parte de la casa. Lo recomendable es no ponerla en un lugar con mucha iluminación, para evitar que las algas se reproduzcan. Aunque estas plantas no son nocivas para los peces, le dan al albergue un aspecto poco estético. El tamaño depende del lugar en que será ubicado el estante.
2- Los peces. La elección, cantidad y especie dependerán del gusto del cliente. Los más comunes son esos peces de color naranja rojizo conocidos como cola de velo, que miden hasta 18 centímetros. Un dato importante a tener en cuenta: si uno piensa sumar animales de otras especies al acuario, es necesario saber con qué cuenta actualmente. Eso aydará a que el vendedor asesore al propietario para recomendarle otras opciones que compatibilicen con las que se tiene.
3- La alimentación. Este es el punto principal en el mantenimiento de las peceras. La cantidad de comida debe ser administrada de acuerdo a lo que los peces consumen en un lapso de cinco minutos. El error común de los propietarios es administrar una porción mayor de la indicada. Cuando esto ocurre, los restos quedan en el agua y, al disolverse, la contaminan. Esto puede llegar a ocasionar la muerte de los animales. La cantidad debe ser la misma todos los días y será sugerida por el vendedor. En caso de que usted deje su hogar todo un fin de semana, no se preocupe, los peces pueden estar sin comer más de dos días.
4- Los foráneos. Traer peces de arroyos, ríos, lagunas o cualquier curso de agua y tirarlos directamente a la pecera es un gran error que puede afectar de manera mortal a su fauna íctica. Los animales traídos de esos lugares pueden haber desarrollado bacterias o virus que no se han manifestado en el hábitat en que se encontraban. Al cambiarlos de lugar, los microorganismos pueden entrar en acción. Primero empezarán a afectar a los que estaban en el acuario y por último acabarán con el portador del virus. Para evitar esto, es recomendable adaptar al nuevo inquilino en un recipiente durante un tiempo con agua curada, similar a la del acuario.
5- Costos. Varían de acuerdo al tamaño, los accesorios y la decoración que tendrán. Los acuarios más pequeños para pocos peces (de dos litros y medio) están a G. 70.000. El monto incluye las piedritas, el decorado y las plantitas, sin el oxigenador. En estas mismas condiciones y de mayor tamaño cuestan de G. 150.000 a G. 170.000. Uno de 15 litros, con el decorado, más luces y filtros se comercializa a G. 380.000. Los peces, dependiendo de la especie, pueden ser adquiridos desde G. 5.000 cada uno.
6- Mantenimiento. Un vendedor podrá asesorarlo en eso, pero en líneas generales no es nada difícil esta tarea. Dependiendo del uso y las condiciones, se hace cada uno o tres meses. El agua puede ser cambiada cada dos semanas. Para realizar la limpieza, se quita a los peces con una redecilla y se los coloca en un recipiente con el agua del acuario. La pecera se limpia con un cepillo o esponja, nunca con jabón ni con productos químicos. En caso de que esté muy sucia, se utiliza lavandina, se la deja secar al sol y posteriormente se vuelve a lavar con agua.
7- Problema mediterráneo. Si usted soñaba con caballitos de mar y otras especies de estas zonas, lo sentimos, son muy pocos los lugares donde conseguirlos. En Paraguay es difícil y costoso mantenerlos, por el inclemente calor, además, se debe traer de afuera la sal marina para adaptar el agua. El acuario tendrá que estar en un lugar bien aireado, con filtros especiales y el mantenimiento de una persona que conozca cómo tratar este hábitat para animales del mar.
8- ¿Por qué tener una pecera? Disponer de un acuario no resulta un pasatiempo caro, pues sus costos están al alcance de cualquier persona. Una pecera sirve para hacer frente al estrés de la manera más sencilla ejercitando el arte de la contemplación. Solo bastará con sentarse frente a ella y dejarse llevar por las imágenes de las luces y los pececitos que se mueven en su hábitat, para dejar que la mente y el tiempo lo lleven a navegar por los mares de la tranquilidad.
Texto: Carlos Elbo Morales
Foto: Karina Galindo.