02 jun. 2025

Todo un ejemplo de superación

La cantante Karen Espínola es una de las artistas que reinventaron su forma de ganarse la vida a raíz de la pandemia por el Covid-19.

Antes de la aparición del coronavirus, Karen consiguió un trabajo fijo en el Galpón Criollo, cubriendo la parte artística de al menos dos casamientos en la semana. Cuando cerró el lugar, igual que muchos, el miedo y la angustia, la incertidumbre y la ansiedad de saber cómo lograríamos sobrevivir fueron parte de su cotidianeidad. “Hacía 6 meses que realizaba la dieta cetogénica, con la cual bajé 20 kilos, y como tiempo era lo que sobraba comencé a ahondar y a estudiar la dieta. Como mi segunda pasión es cocinar, motivé a mi hermano a comer como yo, ya que tenía mucho sobrepeso”, recuerda.

Con su asesoramiento y menú personalizado, él bajó 22 kilos en dos meses, “le siguieron mamá y una amiga”, añade.

Además, Karen vendía frutas y verduras junto a su hermano y así encontraron “una luz, después de tres meses de encierro y depresión”. Aunque confiesa que “con la ayuda de Dios, la familia y los amigos no nos faltó qué comer”.

De lo que no se vendía en el negocio de frutas y verduras, Karen comenzó a cocinar y a vender comida keto. Inspirada en los ejemplos de su hermano, su madre (bajó 14 kg) y su amiga, a quienes ya hacía el menú especial, fue sumando otros clientes.

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“Con la ayuda de mi esposo, cuñada (experta en márketing y redes sociales), y mi hijo, nos animamos a lanzar el proyecto al público”, detalla.

Y tuvieron éxito. Actualmente cuentan con más de 16 personas que acceden a su menú, con entrega de delivery cotidiano, aplicando todos los recaudos sanitarios (el costo de las comidas es de G. 15.000, y el delivery G. 10.000).

RENOVADOS

Para Karen esta experiencia se ha convertido en una nueva fuente de trabajo y profesión. “En vez de aprender canciones, aprendo a diario recetas”, señala.

Superando limitaciones como sobreexigencia de tiempo y trabajo, una cocina muy pequeña y sin los elementos necesarios, “esto nos permite crecer nuevamente. Nos mantiene económicamente y nos da la oportunidad de salir de ese estado estático que casi nos mata. En tres meses hice un curso exprés de cocina, de la dieta cetogénica y cómo actúa en nuestro organismo”, revela la artista, y resalta que ella y su familia sienten que “vencieron a la pandemia”.

“Esta situación nos unió como familia, y me demostró que se puede salir de cualquier situación con la ayuda de Dios y el esfuerzo propio”.

PROYECTOS

En cuanto a lo artístico, Karen quiere volver a los escenarios, y promete estar renovada y con otra visión de la vida.

Además, la artista espera que muy pronto se vea realizado su sueño de expandir la difusión del cedé Aprendo cantando, una propuesta desarrollada por ella y enfocada en que los niños aprendan gramática cantando.

Es un material didáctico que sirve de apoyo elemental para los maestros y padres, especial para estos tiempos. Son 17 canciones para los niños desde el nivel inicial hasta el 6º grado. El costo es de G. 40.000.

El cedé está reconocido por el Ministerio de Educación como de Interés Educativo.

“Quiero llevar este proyecto a la televisión y la radio. Porque es una realidad de que las canciones se aprenden para siempre y los conceptos se fijan con ellas. Así sumaría mi granito de arena para erradicar la ignorancia en el país”, confía.


REINVENCIÓN. Karen Espínola es ejemplo de resiliencia. Con la pandemia, mejoró su salud, la de su familia y creó un próspero negocio gastronómico.