Los más terribles delincuentes siempre terminan marcando “historia”, un “oscuro mito” que se suma a las “hazañas” del crimen organizado.
Es lo que hicieron famosos como Al Capone, Bonnie & Clyde, Frank Costello, Lucky Luciano, y otros, cuyas vidas resultaron tan apasionantes que, en su mayoría, fueron llevadas a la pantalla grande en más de una ocasión. Ahora les toca el turno a los hermanos Kray en Leyenda, la película de Brian Helgeland.
La historia trata sobre los gánsteres más famosos de Londres: Reggie y Ronnie Kray, interpretados magistralmente por Tom Hardy. Hay que decirlo, el actor británico se mete la película en el bolsillo, y por su trabajo es más que recomendable ver el filme. Aunque no es candidato en los Óscar por este papel, sí está nominado por El renacido, la cinta con 12 nominaciones que pocos se atreven a criticar.
La vida de los gemelos Kray es retratada sin tantos excesos por Helgeland, y tal vez ahí radique su déficit: le falta fuerza a la película, ese desorden incontrolable que –según cuentan y testimonian– caracterizó a los gemelos. El guion está bien, pero pudo ser mejor, y la fotografía es aceptable. Pero repito, lo de Hardy es simplemente genial. Construir bien un personaje en cualquier película es difícil, y construir dos de esa manera en un mismo largometraje, es casi imposible. Tom lo logra.
Los Kray representan la clásica dualidad de los grandes criminales, amados por unos, odiados por otros; aquellos al estilo de Pablo Escobar o el Chapo Guzmán, con una conducta ética en la intimidad, pero que muestran su atrocidad y falta total de escrúpulos en los negocios. Así, Helgeland trata de mostrarnos el esplendor y el declive de este dúo que dominó el crimen en Londres en los 60.
También siempre hay una oportunidad, que se nos muestra en la loable interpretación de Emily Browning, como Frances Shea, esposa de Reggie, cuyo desenlace deben verlo por su cuenta.
Calificación: ***1/2 (buena a muy buena)