La máxima pena de prisión fue aplicada ayer, en juicio oral, a Tomás Rojas Cañete, alias Toma’i, por posesión, tráfico de drogas y asociación criminal, tras un largo juicio oral que se inició el 12 de diciembre pasado, y continuó durante toda la feria judicial.
Así, a Tomás Rojas le aplicaron la pena de 30 años de cárcel; mientras que a Luis Alberto Paiva, le dieron 20 años; a Juan Antonio Espínola, 15 años, a Silverio Rojas, 13 años de encierro. Tomás Rojas ya tiene una condena anterior de 25 años.
Igualmente, condenaron a 11 años de encierro a los procesados Salustiana Benítez y Pedro Britos Romero, mientras que recibieron penas de 10 años de reclusión Alfredo Dittel y Joseph Pérez.
Asimismo, recibieron 10 años de cárcel los abogados Fabio Aguilar y William Denis, a más del coprocesado Luciano René Vázquez, mientras que Robert Rojas Dávalos, hijo de Toma’i, recibió 8 años.
EL FALLO. La sentencia fue dictada en mayoría por los jueces Rossana Maldonado, Lourdes Peña y Manuel Aguirre, con respecto a la mayoría de los condenados, y unánime solo respecto a Robert Rojas.
El fiscal Ysaac Ferreira había pedido penas de 25 años para Rojas, 15 años para los abogados Aguilar y Denis; 13 años para Rojas, Benítez y Dittel; 12 años para Espínola; 11 años para Pérez y Britos; 10 años para Vázquez; y 8 años para el hijo de Toma’i.
La detención de los procesados se dio dentro del marco del Operativo Roca, donde el 24 de mayo del 2015, en Villa Hayes, lograron decomisar nada menos que 111 kilos de cocaína. Después, en prosecución del mismo operativo, el 6 de junio del mismo año, incautaron 1 kilo 358 gramos de cocaína.
En el juicio oral, Toma’i Rojas se declaró culpable de los hechos, sacándole responsabilidad a su hijo. Robert Rojas también se declaró culpable, y culpó a su padre haberle metido al negocio.
Por su parte, los extranjeros denunciaron torturas durante el operativo por parte de los agentes antidrogas.
El juzgamiento se inició el 12 de diciembre, y continuó durante toda la feria judicial. Ya en febrero, primero se determinó que los mismos eran culpables de los hechos, y luego se dio la pena que se les iba a aplicar.