Apenas logramos salir de la pandemia del Covid-19 e ingresamos de lleno y sin preámbulos a una epidemia causada por la picadura de un mosquito. Como era de esperar, el sistema de salud está al límite. El director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, ha advertido que podría ser “peligrosa” la dispersión de casos de chikungunya en el interior del país durante Semana Santa. Ya es un hecho que hay un crecimiento de casos en Ciudad del Este, Alto Paraná, la urbe más grande del interior del país; después de Central y capital, es la tercera zona con más infecciones.
“Preocupa que si sigue la epidemia o está con la meseta alta vaya a tener sus muertes y va a tener sus muertos. Los muertos se van a trasladar a los otros departamentos del país y hay que prepararse”, advirtió Sequera. El peligro con la dispersión durante la Semana Santa radica en que podría llegar a localidades que no cuentan con la capacidad sanitaria suficiente y, como sabemos, la expansión de la enfermedad en el interior del país indefectiblemente se va a traducir en más hospitalizados, saturación de camas y también fallecimientos.
En lo que va del 2023 ya se registraron 60 fallecidos por chikungunya. En las últimas tres semanas se confirmaron 13.010 casos y hay 413 personas hospitalizadas a causa de la enfermedad, predominantemente adultos mayores de 70 años y más; y también resulta un problema para la salud pública el elevado subregistro a nivel país, pues como señaló Sequera: “La gente ya no consulta, hay mucha gente que no se hace el test o que no tiene un diagnóstico o que no nos reportan. Es mucho más que esto lo que estamos viendo semana tras semana”, alertó Sequera.
El nivel de subregistro se explica asimismo con las propias deficiencias del sistema de salud, ya que muchas personas enfermas, conociendo las precariedades, optan por seguir tratamientos en sus casas. Este tipo de casos son los que pasan luego a engrosar también los datos de subregistro, pero es sumamente grave que las personas se automediquen.
Se acerca la Semana Santa y será inevitable que la población se traslade de una ciudad a otra, ante tal perspectiva se deberían intensificar las recomendaciones y advertencias tanto de salud pública, el Senepa, como de todas las municipalidades del país. Esta situación amerita que cada institución haga sus mejores esfuerzos para evitar la anunciada pesadilla de que se disperse el campo de acción del mosquito. Este es precisamente el gran tema de fondo que no debe dejarse de lado: el combate a los criaderos del Aedes aegypti. Se debe tener siempre presente que la situación que vivimos y que tanto padecimiento está causando en la población se debe a la picadura de un mosquito. En este tiempo en que padecimos epidemias ya hemos entendido que los virus transmitidos por insectos se denominan arbovirus, y que el Aedes aegypti es el más conocido en la región, precisamente porque es el vector principal del virus del dengue, zika y chikungunya. No es un misterio la solución de este problema, pues de la misma forma en que no hay ni medicamentos ni vacunas, la única y primera solución será siempre eliminar criaderos. Y nos encontramos en la peligrosa situación descrita por el director de Vigilancia de la Salud por el fracaso de las instituciones.
Se debe encarar una lucha frontal, pero que al mismo tiempo incluya a varias instituciones del Estado; la salud pública es un derecho que no está ajeno al compromiso de las autoridades del Gobierno Central, los gobiernos locales como son los municipios e incluso a los gobiernos descentralizados, como son las gobernaciones y sus juntas departamentales. Y a reforzar los cuidados en esta Semana Santa.