“¡Bue-nos dí-as pro-fe-so-ra!”, respondían los alumnos al saludo de la directora Celia Ayala en el primer día de clases de la escuela República del Uruguay en capital, donde comenzaron el año lectivo compartiendo salas de clase o en el tinglado de la institución.
Ocurre que la construcción de nuevos pabellones a cargo de la empresa Caldetec SRL no termina aún, tras un año de iniciarse. Lleva dos meses de retraso y fue adjudicada por más de G. 1.100 millones.
La última promesa de parte de los representantes de la empresa constructora es entregar los trabajos en un mes, a fin de evitar interferir más en el desarrollo escolar.
“Acá entra toda mi familia, mis dos hijos, mis sobrinos son ex alumnos y sus hijos son también alumnos actualmente. Realmente pasamos mal el año pasado por toda la obra que no avanzaba. Este año estamos mejor”, dijo una de las mamás tras el acto de formación.
Larga espera.
Con pizarras rotas, pisos del salón hundidos y tres aulas clausuradas en riesgo de derrumbe. Así se encontraron ayer los alumnos del colegio Juan Ramón Dahlquist del barrio Ricardo Brugada.
Las salas de clase cumplieron este año su quinto aniversario de clausura, sin que el Municipio local o el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) resuelvan el problema.
Mientras, deben usar espacios de laboratorios o de aulas temáticas como salas comunes, por lo que la situación educativa no es la ideal.
Alex Arce, dirigente de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes), afirmó que las salas temáticas fueron equipadas por los padres con un aporte de G. 5.000. “Todos queremos una educación de calidad con colegios seguros, pero las autoridades nos tienen esperando siempre”, remató.
Por la reparación y pintura de las salas de clase, los alumnos de la escuela Elisa Lynch, de Ricardo Brugada, realizaron repasos y juegos de integración en el primer día. El director de la institución educativa manifestó que aprovechan que los primeros días del año lectivo son para este tipo de tareas para así poder apuntalar los salones. Indicó que recién consiguieron los fondos que fueron donados por alguien de la comunidad.
Tibios.
Pese a la crítica situación de infraestructura escolar y los kits escolares que no llegaron en su totalidad, ni el presidente Mario Abdo Benítez ni el ministro de Educación, Eduardo Petta, tenían marcadas en sus agendas públicas el comienzo del año lectivo como actividad del día, como sí ocurría años anteriores.
El presidente además fue criticado en las redes por asistir a una escuela privada subvencionada y no a una pública. Petta llegó hasta una escuela de Paraguarí, sin hacer mucho ruido.