Los usuarios del transporte público pasan las de Caín para llegar a sus destinos cotidianos, ya sea el trabajo, la universidad o al ir a realizar gestiones, a causa de las ya normalizadas reguladas de buses por parte del Viceministerio de Transporte. A 100 días de asumir el gobierno de Santiago Peña, el ciudadano de a pie sigue esperando que se cumpla eso de “vamos a estar mejor”.
Sin planes concretos, realistas y nula comunicación desde el Viceministerio de Transporte es lo que se ve en los primeros meses de este gobierno, afirma Mauricio Maluff, de la Organización de Pasajeros del Área Metropolitana de Asunción (Opama).
‘‘Se está dejando caer el sistema de transporte público con reguladas que se están normalizando. No vemos un plan de cambio e incluso estamos peor en transparencia’’, lamenta.
En la calle se siente lo mismo. La angustia de los usuarios se refleja con mayor intensidad al llegar a las paradas, donde se ven obligados a esperar 40 minutos a una hora para abordar un colectivo. La escasez de unidades disponibles se agrava y la espera se torna una experiencia agotadora y desesperante, más aún con el extremo calor que se siente en las últimas semanas.
“Es una falta de respeto para los estudiantes y los que trabajan que tengamos que esperar tanto tiempo los colectivos, porque dependemos de ellos para movilizarnos y llegar a tiempo. Que no solucionen no nos conviene a ninguno de nosotros”, expresa una usuaria en contacto con Telefuturo.
Menciona que es “el pueblo el que siempre sale perjudicado”, aunque reclamen y denuncien ante las autoridades de turno. Cuando uno se levanta temprano, incluso a las 6:00 y el bus no llega, se desespera. Cuenta que suele llegar casi siempre media hora tarde a su trabajo.
Las denuncias de la ciudadanía no se limitan solo a las largas esperas, sino que también apuntan a un servicio deficiente que termina por perjudicar a la población, a la calidad de vida de los trabajadores que pierden más de dos horas y media, incluso tres, para desplazarse solo en el área metropolitana.
El incumplimiento de frecuencia, la saturación de los autobuses, el tiempo que se tarda en llegar al destino son los principales reclamos en todas las paradas, llenas de personas, pero sin apreciar a lo lejos el bus que se demanda.
Chantaje. Mejorar el transporte público fue una de las promesas del presidente Santiago Peña; sin embargo, las reguladas vienen siendo un castigo de los empresarios para los trabajadores y una estrategia de chantaje. A pesar de cobrar millonarios subsidios, mantienen un servicio pésimo.
En estos 100 días de gobierno –para Maluff–, sorprende la falta de comunicación y lo considera alarmante porque la situación empeora cada vez y con toda la historia de corrupción que tiene el sector complaciente a empresarios se debe dar una respuesta, sostiene. “Desde el Viceministerio, no se toman la molestia de comunicar lo que está sucediendo con el transporte y la ciudadanía tiene derecho a saber’’.
Hace una semana, la Universidad Nacional de Asunción lanzó el portal de consultas públicas: UNAConsulta, un espacio virtual para recopilar información sobre temas que impactan en la comunidad educativa y en la sociedad en general, por ejemplo, el transporte público, registrando más de 1.500 vistas a 24 horas. El sector estudiantil es uno de los más afectados por las reguladas y efectivamente, el Viceministerio sigue mudo.