El predominio de Disney en la taquilla se fortaleció aún más este fin de semana, cuando Toy Story 4 lideró con facilidad en la venta de entradas a los cines. El cuarto capítulo de la serie animada de Pixar recolectó 118 millones de dólares en ventas de boletos al debutar en 4.575 salas norteamericanas.
Pese a que la cifra estuvo significativamente debajo de las previsiones, que anticipaban un arranque de casi 140 millones de dólares, difícilmente sea una decepción para la película, aclamada por la crítica. En contraposición a los buenos comentarios, los pronósticos de la taquilla sugerían que Toy Story 4 estuvo débil, porque el público dudaba sobre la necesidad de otro episodio después de que Toy Story 3 completara perfectamente la serie.
El debut doméstico representó solo un ligero salto desde ese capítulo, que recaudó 110 millones de dólares hace casi una década. Sin embargo, las buenas recomendaciones probablemente mantengan al filme animado en los cines por bastante tiempo a lo largo del verano boreal.
La película, dirigida por Josh Cooley, cuenta que lo más normal del mundo es que un niño cree un juguete de la nada: Una caja de cartón puede ser un auto; un trozo de madera, una espada; y un tenedor de plástico... pues es Forky. Una manualidad escolar, que se considera basura, llega al baúl de juguetes de Boonie, junto a Woody (Tom Hanks), Buzz Lightyear (Tim Allen) y el resto de la adorable pandilla de juguetes, que muestra además el regreso de Bo Peep (Annie Potts), ahora con un papel protagónico, y el debut de Duke Caboom (Keanu Reeves).
Esta será la última entrega de la saga que comenzó en 1995 como el primer largometraje de Pixar, entonces un estudio desconocido y por el que no todos apostaron de inmediato. Reuters