La baja participación sindical fue uno de los motivos que les impulsó a encontrar un hueco después de su jornada para grabar estos episodios, que forman parte de un proyecto piloto financiado por el Fondo de Igualdad de Género de ONU Mujeres.
Como preparación, desde hace unos meses estas trabajadoras domésticas cuentan con su propio espacio en la radio comunitaria de su barrio en Asunción, La Chacarita, donde cada domingo rellenan dos horas con reivindicaciones y audios enviados por las oyentes que viven sus mismas situaciones.
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La secretaria general del Sindicato de Trabajadoras del Servicio Doméstico de Paraguay (Sintradepy), Marciana Santander, relata con orgullo a Efe que el programa tiene una gran alcance, pero reconoce que quiere llegar a más compañeras con el nuevo proyecto.
Las dos horas actuales se reducirán a una en Doméstica Ñe’ẽ, que mantendrá un guion similar e incorporará algunos minutos de ficción sonora que, lejos de ser invenciones, se aproximan mucho a su realidad.
Estas teatralizaciones reflejan las supuestas “vacaciones” obligadas a pasar con la familia para la que trabajan o las horas extra que nunca se pagan a estas mujeres que, por ley, solo reciben unos USD 251, el 60% del salario mínimo, fijado en USD 359.
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Escenas didácticas para que el mensaje, que no es otro que el de poseer derechos laborales, cale mientras realizan sus labores con la radio de fondo.
No es casualidad que se hayan decantado por este medio para amplificar su labor sindical, ya que saben por experiencia propia que la radio les acompaña durante sus jornadas.
“Son muchas las compañeras a las que no podemos llegar y, como sabemos, la radio se escucha mientras que una limpia, plancha, lava...”, explicó Santander, que estima que en Paraguay hay unas 240.000 trabajadoras domésticas.
En los ensayos, pulen los guiones y recuerdan los consejos que les dieron algunas periodistas paraguayas, “estrellas de la tele y de la radio”, como recuerda Fernández, durante las jornadas de formación.
Modulan la voz, enfatizan, tachan palabras complejas y afinan las frases que no les convencen del todo.
Además, varias expresiones en español pasan al guaraní, el otro idioma del país, que para las conductoras del programa resulta más cercano a sus oyentes.
Así, un “Si en tu trabajo pasás más de ocho horas, deben pagarte horas extras”, con que cierra uno de los ‘sketches’, se convierte en un “Remba’apohape rehasáramo ocho horas, opagava’erã ndéve horas extras”, un resultado que les parece más adecuado a su público.
Zenaida Colina, de Sintradepy, se muestra entusiasmada con la forma que va tomando esta iniciativa y confiesa que la radio le ha dado “fuerza y valentía para poder enseñar y exigir sus derechos”.
Muchas desconocen que tienen derecho a la paga extra o aguinaldo, como se conoce en el país, o que cada hora de más que trabajan fuera de horario debe ser remunerada.
Ni siquiera las más jóvenes son conscientes de estos derechos, señala la secretaria de prensa de Sintradepy, Montserrat Martínez, estudiante de Periodismo criada entre trabajadoras domésticas.
Martínez recuerda las ausencias de su madre cuando “tenía inconvenientes en su trabajo y ya no volvía”, pero ahora, a punto de concluir la carrera, sabe que “gracias al trabajo doméstico muchos jóvenes están estudiando”.
“Me gustaría recibir una llamada donde digan (...) ‘Gracias a este programa, cambió y empecé a ganar lo que me corresponde’. Dar esa noticia sería mi mayor anhelo”, confiesa.
La coordinadora del proyecto, Lilian Soto, del Centro de Documentación y Estudios, destacó el compromiso de las trabajadoras con el programa de radio, que genera “un proceso de luchas y demandas” por los derechos en Paraguay.
“Las trabajadoras domésticas, que nunca habían desarrollado una cuestión de estas características, comienzan a ver que tienen posibilidades”, puntualizó Soto.