13 abr. 2025

Traficantes falsifican recetas para conseguir y vender drogas

Con la adulteración de firma y sello de profesionales de la salud y mediante el uso de recetas médicas fraguadas, los traficantes obtienen en farmacias de plaza medicamentos controlados para vender a los adictos.

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Por Susana Oviedo-soviedo@uhora.com.py

A los microtraficantes de droga no les representa un obstáculo la exigencia de recetas cuadruplicadas como requisito indispensable para comprar en las farmacias un medicamento controlado. Utilizando recetas falsificadas y adulterando sellos y firmas de médicos u otros profesionales de la Salud, como sicólogos, desvían del circuito legal ciertos fármacos para venderlos sueltos en el mercado negro a adictos o delincuentes.

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En estos momentos es muy factible que la firma apócrifa de algún médico esté estampada en una receta que el profesional no expidió, pero que se presenta en una farmacia para obtener estupefacientes que engrosan la lista de drogas utilizadas por los adictos en los cócteles de sustancias narcóticas.

Así le ocurrió a Carlos Adorno, médico siquiatra, forense y profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, quien se llevó una gran sorpresa cuando le comunicaron de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) que habían detectado una receta apócrifa, supuestamente expedida por él, prescribiendo 2 cajas de disomnilán (flunitrazepam), a nombre de un paciente cuyo número de cédula corresponde a otra persona. La firma estampada en la receta no pertenece al doctor, tampoco el sello; solo coincide el número de registro profesional.

SICÓLOGOS. Pese a que solo los doctores en Medicina y Cirugía, en Odontología y en Medicina Veterinaria son los que exclusivamente se hallan facultados por ley a recetar medicamentos estupefacientes, la Senad detectó, sin embargo, casos en que se fraguaron recetas cuadruplicadas utilizando el nombre de sicólogos, reemplazando el título de licenciado por el de doctor, y adulterando el sello y la firma.

Es el caso de los licenciados en Sicología, Mónica Kitroser y Édgar Destéfano, quienes, como muchos otros profesionales, publican sus coordenadas en las páginas de Clasificados de los diarios para ofrecer sus servicios.

Entre otros datos, consignando el número de registro profesional, información que deben hacer constar los médicos en la receta.

Los nombres de ambos sicólogos, convertidos en “doctores” por los traficantes, aparecen en recetas falsificadas prescribiendo también cajas de disomnilán, destinado a supuestos pacientes con “insomnio agudo” y “tratamiento controlado” (ver facsímil).

El disomnilán contiene flunitrazepam, que es una benzodiacepina, es decir, una sustancia psicotrópica que disminuye las funciones del sistema nervioso central, y que tiene una acción hipnótica. Produce sueño profundo y peligroso, si se duplica o triplica la dosis, según el toxicólogo Evelio Cardozo. “Además del insomnio, al despertar la persona no recuerda nada de lo que ocurrió. Tiene amnesia y es esto lo que se explota desde el punto de vista delictivo”, explica sobre la también conocida como “droga de la violación”.

Es de acción rápida para hacer dormir a alguien. Mezclada con alcohol, “enseguida hace afecto, más aún en una persona que nunca tomó un sedante, tranquilizante o hipnótico con alcohol”, agrega Darío Martínez, jefe de Registro y Control de la Senad, que tiene información de que los microtraficantes venden entre 10.000 a 20.000 guaraníes cada comprimido de disomnilán. Precio que puede ser mayor aún, cuando se comercializa entre los internos adictos de la cárcel de Tacumbú. Una caja de este medicamento contiene 40 comprimidos y cuesta 45.700 guaraníes.

Clonazepam es otro fármaco que está teniendo mucha demanda en la red que trafica fármacos. Se obtiene con receta simple archivada y tiene la particularidad, según el funcionario de Senad, de que su efecto es mucho más prolongado que el disomnilán. “Mezclado con alcohol dura más, además cuesta más barato y se consigue con receta simple”, resalta. En el mercado negro se vende en “combos” de marihuana y sildenafil (viagra).

DETECCIÓN. Las recetas médicas falsificadas difícilmente pueden ser identificadas por los dependientes de las farmacias, que se limitan a verificar si el documento está correctamente llenado, y si viene con el sello, firma y número de registro profesional de un doctor.

Se detectan en el control aleatorio que realiza la Dirección de Registro y Control de la Senad y las oficinas técnicas de cada región sanitaria, las cuales reciben respectivamente una de las cuatro hojas cuadruplicadas. Las otras dos quedan para el médico y la farmacia, respectivamente.

En la Senad detectaron también casos de recetas cuadruplicadas auténticas, pero con el nombre del paciente fraguado y un número de cédula que pertenece a otra persona. La explicación es que la hoja de receta pudo haberse sustraído al médico. Algunas recetas, aunque reúnen todos los requisitos que exige la ley, llaman la atención por algún detalle.

“Es cuando llamamos al médico que firma y es así como en ocasiones descubrimos que le estaban falsificando la firma”, cuenta el funcionario de Senad. Sin embargo, esta verificación se produce tiempo después, cuando el medicamento ya fue despachado y las farmacias remiten su informe mensual a la Senad, adjuntando una de las hojas de la receta cuadruplicada.

ESTUPEFACIENTES

Los estupefacientes o narcóticos son toda sustancia medicinal, de origen sintético o natural, que produce sueño o estupor, analgesia y anestesia. Comprende una gran variedad de drogas. Entre ellas se encuentran las psicotrópicas (heroína, cocaína) y las alucinógenas (marihuana, éxtasis). Si su consumo no se controla médicamente, crea hábito, según la Senad.

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