El IPS pertenece a los trabajadores y trabajadoras paraguayos, pues son ellos, junto con la patronal, quienes sostienen esta entidad tan importante. Lamentablemente, y a pesar de contar con consejeros que representan a diversos sectores, además de profesionales médicos y administradores, ha sido a lo largo de sus 81 años una triste y decepcionante constante la pésima e irresponsable administración.
Investigaciones y reportajes periodísticos de Última Hora habían mostrado hace unas semanas una serie de irregularidades en la gestión del IPS en el Chaco, revelando el esquema que se aprovechaba de los recursos de la previsional, en desmedro de la calidad de la atención a los aportantes. Se expuso al mismo tiempo una millonaria fuga de fondos desembolsados por la entidad.
Un nuevo trabajo conjunto de ÚH y Telefuturo está revelando que el IPS pierde millones con contratos basura de alquileres y mala gestión.
Los casos son numerosos, como, por ejemplo, la explotación de alquileres de todo un edificio pagando G. 136.364 por departamento durante diez años, o un departamento por G. 890.000, una casa en esquina por G. 2.200.000 y también tres terrenos para explotación por G. 900.000. Asimismo, se ha encontrado el caso del pago de un canon de G. 750.000 por veinte años para construir una casa de campo en un barrio cerrado en San Bernardino. La mayoría de los contratos mencionados están vigentes no solamente son recursos desperdiciados, sino que forman parte de demandas que generan deudas sobre deudas y pasan de administración en administración desde hace 24 años.
Tanto la mala gestión y el desorden que imperan en el Instituto de Previsión Social son bien conocidos; particularmente esta realidad es cercana para los aportantes, quienes sufren las consecuencias del déficit de administración cuando no encuentran los medicamentos o los tratamientos necesarios cuando lo precisan. Nuestro país invierte poco en salud pública y nuestras deficiencias se resuelven a través de la inagotable solidaridad comunitaria, con rifas y tallarinadas. Por esto es tan necesario que una institución tan importante como IPS sea capaz de satisfacer a sus propietarios aportantes.
Ya son insostenibles las consecuencias de décadas de mala gestión, y particularmente en cuanto a las nuevas revelaciones de la mala administración de inmuebles. Se debe instar y presionar a las autoridades a que se transparenten los contratos de arrendamiento de inmuebles del Instituto de Previsión Social.
Los aportantes no merecen que autoridades y funcionarios irresponsables sigan desangrando a la previsional con contratos que solamente están dando beneficios a unos pocos privilegiados mientras que los asegurados deben suplicar para obtener un turno médico, medicamentos o insumos en la institución. Para esto es necesario acabar con la complicidad e inacción que han permitido que esta situación de caos haya sucedido.