Desde el ataque a la AMIA, que dejó 85 muertos en Buenos Aires en 1994, la región de la Triple Frontera pasó a estar bajo la lupa de organismos de inteligencia como el Mosad, debido a la gran colectividad de ciudadanos de origen árabe radicados en los límites entre Ciudad del Este, Paraguay, y Foz de Yguazú, Brasil.
Esa lupa fue mayor tras los atentados del 11 de setiembre contra las Torres Gemelas en Nueva York, EEUU. El gran movimiento de activos, de origen dudoso, instaló a esta región como posible fuente de financiamiento de organizaciones terroristas y así empezaron a saltar nombres, entre ellos el de Assad Ahmad Barakat, un ciudadano brasileño, que también tenía documento paraguayo y que vivía en Foz de Yguazú (Brasil), y operaba en Ciudad del Este. Fue investigado por envío de remesas desde la Triple Frontera a Medio Oriente.
En el año 2004, en la misma época en que Kassem Hijazi estaba siendo investigado por lavado de activos y de remesar dinero al Medio Oriente, Barakat fue detenido en Foz de Yguazú y extraditado a Paraguay. Según los antecedentes, no se pudo probar su vinculación con organizaciones terroristas y fue condenado a 6 años de prisión por evasión. Empero, en el año 2006, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo incluye en la lista de personas acusadas de financiar al Hezbollah (Partido de Dios). En 2008 recuperó su libertad y volvió a Foz de Yguazú y siguió operando entre Ciudad del Este, Argentina y Chile.
REVOCADO. A pesar de que siempre vivió en Foz, obtuvo la ciudadanía paraguaya en 1989, pero en 2007, un año después de ser sindicado como financista de grupos radicales en Medio Oriente, la Corte Suprema de Justicia le revocó el documento. Pero igual logró obtener un pasaporte paraguayo otorgado por el Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional.
Por este hecho fue investigado por producción de documentos no auténticos. Se libró una orden de captura internacional y estuvo prófugo hasta el 2018 cuando fue detenido en Brasil y dos años más tarde fue extraditado a Paraguay por segunda vez, pero el 9 de abril pasado, de nuevo, fue entregado a las autoridades brasileñas que lo investigan por lavado de dinero y vínculos con Hezbollah, a pedido del Ministerio Público. Antes fue condenado por producción de documentos públicos de contenido falso, en una audiencia telemática. En julio del 2020, la Policía Federal y la Interpol Paraguay formalizaron la extradición.
De acuerdo con publicaciones de medios brasileños y argentinos, se lo sindica de haber lavado más de 10 millones de dólares americanos en la Argentina a través de un esquema de casinos, en el que estarían involucrados además otros familiares.
Además de Asad, desde el 2017 están en la mira otros ciudadanos árabes. Ellos son: Sobhi Mahmoud Fayad, Saleh Mahmoud Fayad, Bilal Mohsen Webe, Hatem Baratakt, Hamze Ahmad Barakat, Mohammad Tarabain Chamas, Mohammad Fayez Barakat, Mohammad Youssef Abdallah, Alí Mohammad Kazan, Farouk Omairi y Casa Hamze.
CASO CHAMaS. Otro sonado caso se dio con la detención en el año 2016 de Ali Issa Chamas, a quien los EEUU lo señala como uno de los líderes del Hezbollah en la Triple Frontera. El sospechoso fue detenido en el Aeropuerto Guaraní de Minga Guazú cuando intentó enviar 39 kilos de cocaína a Turquía, que estaba impregnada entre 500 kilos de rollos de film plástico. Fue imputado por tráfico internacional de drogas, comercialización y tenencia de drogas.
Chamas fue extraditado a los EEUU donde estaba siendo investigado como uno de los principales financistas del Hezbollah. Fue condenado a 3 años de prisión, aparentemente, a cambio de revelar datos de la organización terrorista. Fue devuelto al Paraguay, para seguir su proceso.
En el mismo expediente fue condenado el chofer de Chamas, el paraguayo Josimar de Vilas Boas, a 15 años de prisión, paraguayo, con antecedentes por tráfico en el Brasil y homicidio en el Paraguay, y al gestor de la red, Salvador Bobadilla, a tres años.
Como remitente del film plástico, aparece la empresa de encomiendas Butterfly Cargo Service y como despachante la firma Import Export Cristal del Esteño SA. El cargamento fue descubierto durante un control de rutina de la zona de resguardo de Aduanas, del aeropuerto, donde funcionarios aduaneros de resguardo, de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil y de la Secretaría Nacional Antidrogas verifican todas las cajas a ser enviadas al exterior, durante un control cruzado de las instituciones mencionadas.
El libanés fue detenido en la zona primaria aduanera, en el sector de depósito de mercaderías, mientras que Villas Boas Chiquette fue capturado en el kilómetro 18 de la ruta 7, luego de huir del sitio al percatarse de que su cómplice fue detenido. Conducía una camioneta de la marca Toyota, del tipo Hilux, de color blanco, en el momento en que fue detenido.
Por el mismo caso fueron detenidos Munir Ozturk y Eray Uc Eray durante el allanamiento de una vivienda en el Área 8 de Ciudad del Este. En la vivienda se encontraron 65 bidones de champú, que iban a ser utilizados para ocultar droga y enviarla a Turquía y a algunos países bajos, así como Asia. En el año 2017 los dos se fugaron luego de ser trasladados a un hospital. Estaban presos en la Penitenciaría de Misiones.
INVESTIGADOS. Elías Assaf Assaf fue otro empresario brasileño investigado en Paraguay en febrero del 2019 por la fiscalía, en base a una denuncia realizada por Aduanas en 2016. Dice que entre los años 2014 y 2015 se registró el ingreso al país de 24 contenedores a través del puerto seco Caacupemí, repletos de cigarrillos, filtros de cigarrillos, tabacos y accesorios de origen coreano. La carga luego fue trasladada a Ciudad del Este, donde se esfumó.
Debió ingresar a zona franca del sector donde debía ser declarada, pero ninguno de los contenedores registró su entrada, para el pago de los tributos, conforme a los informes que recibió el Ministerio Público de Aduanas, lo que derivó en la imputación por contrabando contra el empresario brasileño. Lo llamativo del caso es que la investigación se inició dos años después de la denuncia realizada.
Otro llamativo caso se presenta con la marca Sony en enero 2019 para los productos PlayStation 4, que son consolas de videojuegos; denunciaron la comercialización irregular en el país de productos con licencia para la venta en Europa.
La Unidad Especializada Anticontrabando, Delitos Marcarios, Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo de la Fiscalía allanó la firma Infotech en el edificio Lai Lai Center y la oficina de una unipersonal, propiedad de Mohamad Bahmad, ubicada en el décimo piso del edificio La Roca, en el centro de Ciudad del Este.
Se encontraron 3.000 cajas de consolas para videojuegos y 5 cajas de audífonos de la unipersonal, por denuncia de Solutions 2 Go, representante en Sudamérica de los productos Sony Computer y Sony Interactive.
Según la Fiscalía, las mercaderías y los costos estimativos superan ampliamente a los proveídos por el licenciatario oficial para este continente, lo que hace presumir de que se trata de una simulación para el lavado de activos y con ello el financiamiento del terrorismo por grupos criminales que se dedican a delitos transnacionales y dan apoyo a grupos extremistas de Medio Oriente.