Antes, en medio del debate, desde el cartismo y sus aliados, además de referentes de otros sectores, se llenaron la boca con críticas hacia el “autoritarismo” de Nicolás Maduro.
La oposición aprovechó el escenario para sacar en cara al cartismo las prácticas arbitrarias que se vienen dando, citando entre ellas la expulsión de Kattya González, el copamiento y la intención de regular a las oenegés.
También saltó al tapete el fraude contra Luis María Argaña, recordando que fue propiciado por un referente del oficialismo, en alusión a Juan Carlos Galaverna.
Esperanza Martínez, tras haber generado polémica al interior del bloque democrático por su apoyo a Maduro, encaró a sus colegas para que definan si la intención era busca la transparencia, tras las elecciones en Venezuela, o promover un golpe de Estado.
Ya en el momento de pasar a votación del pronunciamiento, aparentemente bajaron los decibeles, y la puja se centró en endurecer la postura política del Senado o limitarse a expresar una preocupación.
Yolanda Paredes, de Cruzada Nacional, encendió la mecha planteando el repudio enérgico a todo lo acontecido en el país caribeño.
El liberal Líder Amarilla cuestionó la tibieza de la declaración y propuso incluso que se reconozca el triunfo del opositor venezolano Edmundo González Urrutia.
Tuvo que intervenir el titular del Congreso, Basilio Núñez, para señalar que tenían que restringirse a lo legislativo.
Esperanza alegó que no podían convertirse en fiscales ni propiciar linchamientos, poniendo como ejemplo lo ocurrido en Bolivia. “Se colocó a toda la comunidad internacional, pero nunca se comprobó fraude”, manifestó.
El liberal Enrique Buzarquis también protestó. “Nos reunimos tres horas y media para expresar preocupación. Es absurdo; es como no decir nada”, sostuvo el senador.
“¿O somos o nos hacemos? Si vamos a ser tibios, dejen a la diplomacia. El Senado es un cuerpo político. Lo mínimo es repudiar, rechazar o condenar”, sentenció.
Los cartistas intentaron parar la pelota varias veces y hasta intentaron una moción de orden para que se pase directo a votación, pero esta vez no tenían los números.
El liberal Éver Villalba propuso una salida intermedia que fue la que finalmente se aprobó, y que consiste en expresar la preocupación y rechazar hechos de violencia.
“Les pido que no mezclemos los tantos. Una cuestión es electoral. No podemos condenar, pidamos resultados (...) Expresar preocupación, exigir transparencia y condenemos hechos de violencia”, sugirió.
Varios más fueron interviniendo para insistir que se apruebe la propuesta original, que consideraron como prudente y respetuosa.
Entre los cartistas, la única que pidió un término más contundente fue Lizarella Valiente. “Considero muy tibio el pronunciamiento”, sostuvo.
Se llevó a votación, y el agregado fue rechazar los hechos de violencia. En la declaración también se manifiesta la solidaridad con el pueblo venezolano y su aspiración democrática.
Ostfield criticó el “proceso antidemocrático”
El embajador norteamericano en nuestro país, Marc Ostfield, expresó su preocupación sobre lo que consideró “un proceso antidemocrático” en Venezuela.
El diplomático expresó que los comicios realizados el pasado fin de semana en el país caribeño “han generado alarma” en Estados Unidos y en otras naciones”.
Manifestó su inquietud por las acciones futuras de las autoridades venezolanas.
Sus expresiones fueron vertidas durante una actividad por el Día Mundial contra la Trata de Personas, realizado en el Ministerio de la Mujer.
Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de los países latinoamericanos reclamaron claridad y que se publiquen todas las actas electorales para que se puedan verificar los resultados que dan como vencedor a Maduro, que fue felicitado por países como Rusia, Irán o China. Maduro, en el poder desde 2013, obtuvo el 51,20% de los votos, mientras que el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, consiguió el 44,20%, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), en unos resultados cuestionados por la oposición.