Un reticente Tomás Rivas respondió a las preguntas de los medios de prensa este miércoles al ingresar a la sala de sesiones de la Cámara de Diputados.
“Está bien, son las decisiones que ellos toman”, dijo el diputado cartista al ser consultado sobre qué opinaba de que sus compañeros lo hayan salvado de la pérdida de investidura en la sesión de la semana pasada.
Sin embargo, no considera que la Cámara Baja deba recibir el mote de “La Cámara de la vergüenza” tras ser blanqueado.
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¿Recibe escraches por parte de la ciudadanía?, le consultaron, y respondió que no, “en mi departamento en ningún momento”, sostuvo. También dijo que no siente una indignación en su contra.
La Cámara de Diputados rechazó y archivó la semana pasada el pedido de pérdida de investidura contra el liberal Carlos Portillo, el cartista Tomás Rivas y el de Añetete Ulises Quintana.
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El tratamiento de la destitución de los tres parlamentarios se debió por las deudas pendientes que tienen con la Justicia.
Rivas fue imputado por cobro indebido de honorarios, estafa, expedición de certificados sobre méritos y servicios de contenido falso, por el caso conocido como caseros de oro, que salió a la luz con una investigación de Última Hora en el año 2017.
Portillo está procesado por tráfico de influencia, tras la difusión de un audio en el que se lo escucha hablar de un pago de USD 3.000 para lograr una resolución judicial.
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Mientras que Ulises Quintana es investigado por tráfico de drogas en carácter de cómplice, tráfico de influencias, asociación criminal, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, por los supuestos vínculos que tiene con el presunto narcotraficante Reinaldo Cucho Cabañas.