Culminando la etapa escolar y brillando a nivel mundial a través del deporte, Tati, como la llaman cariñosamente, encara su día a día disfrutando de su segunda oportunidad. Con gran alegría, en medio de su apasionante entrenamiento de golf, la joven compartió las vivencias que marcaron un profundo antes y después en su vida.
Los recuerdos de aquel 2006 aún siguen latentes en su memoria. De un día a otro, de saltar y corretear al aire libre, pasó a una habitación rodeada de médicos entre sondas e inyecciones. Los primeros síntomas de la miocardiopatía dilatada que la aquejaba fueron apagando poco a poco todo el vigor de aquella niña.
La fatídica noticia fue recibida por sus padres, Lilian Insaurralde y Sebastián Benítez, luego de un chequeo médico debido al constante estado de cansancio en que se encontraba. Los profesionales les habían explicado que la enfermedad se debió a un virus que había dañado de forma irreversible el corazón.
“Después de un resfrío empezó a sentirse cansada, entonces la llevé a un control. El problema cardíaco se debió al virus que tuvo anteriormente, que en vez de dañar sus pulmones dañó el músculo cardíaco de manera irreversible; no había nada que pudiéramos hacer para revertir. El único camino era un trasplante”, relató su madre.
La presencia de esta enfermedad no era lo único que debía afrontar, el segundo y más importante de los obstáculos fue la inexistencia de trasplantes pediátricos en el país en ese momento. Ante la desesperación, su padre viajó a España para intentar conseguir el dinero, y así poder lograr que sea sometida quirúrgicamente allí.
Antes de poder programar siquiera la cirugía en Europa, Tati cayó en terapia intensiva, y eso imposibilitó cualquier chance de ser operada en el extranjero. El giro inesperado del plan inicial aumentó la angustia y disminuyó las esperanzas de un nuevo comienzo.
Fue así como en el 2007 se conformó el plantel médico que estaría a cargo de la primera cirugía cardíaca en niños. Los cinco médicos paraguayos que conformaron el equipo pertenecían al Centro Médico Bautista. Eran especialistas con experiencia en trasplantes de adultos, pero no en niños.
Pese a contar con casi todo lo técnicamente necesario para la operación de trasplante, aún quedaba una tarea pendiente: conseguir un corazón.
La búsqueda de un donante se hizo más difícil debido a la escasa información sobre tal acto altruista en esos tiempos. Con ese factor en contra, Tati siguió luchando por su vida.
En la noche del 31 de agosto, la familia Benítez Insaurralde recibió la noticia más esperada desde hacía más de un año: Tatiana sería operada esa misma madrugada. Una donante había aparecido en el este del país.
“Fue la noticia más increíble que nos tocó vivir. Cuando todo parecía que se perdía y que la fuerza se acababa para ella, aparece un donante, y con ella la esperanza de que Tati siga con vida”, recordó emocionada su madre.
Luego de más de siete horas de intervención, abrió los ojos. Confundida y en medio de llantos solo reclamaba la presencia de su mamá. “Recuerdo que desperté y moví el brazo derecho, luego el izquierdo y después empecé a mover las piernas. Me sentía diferente, era inexplicable, había más energía en mí”, detalla la joven.
El esperado encuentro entre madre e hija se dio tan solo minutos después, pero parecieron eternos para la paciente. El emotivo momento quedó marcado en la memoria de ambas. Las palabras de la entonces pequeña Tati, conmovió hasta las lágrimas a su madre: “Por qué me dejaste mamá, si yo no puedo vivir sin vos”.
Actualmente, Tatiana lleva una vida completamente normal, gracias a la oportunidad brindada por la madre de una pequeña donante que sufrió muerte cerebral.
Con una inclinación de servicio hacia los que pasan por la misma situación, dedica parte de su tiempo libre a investigar y ayudar a las personas en busca de un donante.
En el 2016, la intrépida joven ganó la medalla de oro en golf en la Competencia Deportiva Latinoamericana de Trasplantados realizada en la ciudad de Mendoza, Argentina. En el 2017, puso en alto la bandera paraguaya tras conquistar el oro en los XXI Juegos Mundiales de Deportistas Trasplantados, celebrados en Málaga, España.
Carlos Lirio, director de la selección argentina de deportistas trasplantados y amigo suyo, la definió como una chica con mucho empuje y muy madura. “Tiene una forma muy adulta de ver la vida, creo que también es una gran referente en Paraguay porque sabe informar de qué se trata el trasplante”, apuntó.
Tatiana lleva consigo siempre un lema de vida que la ayudó durante los momentos de mayor de incertidumbre en su lucha por seguir con vida: “Lo importante es nunca perder la esperanza, siempre decir que sí se puede, porque cuando uno se entrega es cuando se pierde la batalla”.
La donación en cifras
La tasa de donación se mantiene en dos personas por millón de habitantes desde hace más de 10 años, pese al creciente porcentaje de víctimas fatales por muerte encefálica. En el año 1998, se promulgó la Ley 1246 donde se establecieron las disposiciones para trasplantes de órganos y tejidos.
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La legislación refiere que una persona es donante automáticamente a partir de los 18 años, a no ser que exprese lo contrario ante el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), pero también esto dependerá de la autorización del o la cónyuge, de los hijos mayores o de los padres.
El INAT tiene en total a 225 pacientes en lista de espera para recibir un nuevo órgano que les ayude a mejorar su calidad de vida. Con la distribución correspondiente, son 124 las personas que aguardan un trasplante de córnea, 83 de riñón, 11 de corazón, seis de hígado y una de pulmón.
En cuanto a los procedimientos para trasplantar pulmones, aún no hay experiencia en el país, pero actualmente ya está preparado un equipo médico especializado para realizar el primera intervención de este tipo en Paraguay.
El país cuenta en total con cinco centros hospitalarios públicos que llevan a cabo las cirugías de trasplantes: el Hospital de Clínicas (San Lorenzo), Hospital Nacional del Itauguá, Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, Hospital San Jorge (Asunción) e Instituto de Previsión Social (Asunción).