Los torturadores al servicio del dictador Alfredo Stroessner Matiauda y el Plan Cóndor, vinculados a las torturas y muerte de Celestina Pérez de Almada, fueron condenados ayer por la Justicia luego de 45 años del crimen político de la educadora fundadora del Instituto Juan Bautista Alberdi, de San Lorenzo.
El informe de condena enviado a la Comandancia de la Policía Nacional indica que el Juzgado Penal, basado en el antiguo Código Penal, condena a Nicolás Lucilo Benítez Santacruz (81), alias Kururu Pire, a 12 años de pena privativa de libertad. Así también condena a 7 años a Camilo Federico Almada Morel (78), alias Sapriza, y a Fortunato Lorenzo Laspina Escurra (74).
Además, solicita a la fuerza pública que busque a los condenados, citando las direcciones de sus domicilios, y los trasladen hasta la base de la Agrupación Especializada de la Policía, donde deberán cumplir su condena en libre comunicación.
La muerte de Celestina ocurrió el 5 de diciembre de 1974 mientras su esposo, el activista Martín Almada, estaba secuestrado por la maquinaria represiva de la dictadura stronista.
Recién cuando cayó el régimen de Stroessner, Almada pudo accionar judicialmente por la muerte de su esposa. El 25 de mayo de 1989 se hizo la denuncia por el crimen de Celestina y se abrió un expediente denominado “Pastor Milciades Coronel, Sabino Augusto Montanaro, Alcibiades Brítez Borges y otros sobre lesión corporal y otros. (Caso Martín Almada - Celestina Pérez)”.
Ayer, al conocerse la condena del juez Penal Arnaldo Fleitas Ortiz contra estos tres torturadores stronistas, Martín Almada mencionó que es un alivio luego de 45 años buscando justicia. “Esta condena es un alivio y esperanza para que en nuestro país la justicia llegue a ser imparcial e independiente del poder político”, comentó.
El único pecado de Celestina Pérez fue ser una mujer con principio políticos democráticos, que desde el Instituto Alberdi buscaba formar el pensamiento crítico, en poder tener una vida digna, salario digno, educación de calidad y libertad, recordó Almada.
Según los antecedentes, Celestina fue víctima de tortura sicológica. Los policías la hicieron escuchar los gemidos, llantos y el dolor que sufría su esposo Martín en manos de la máquina represiva.
Los stronistas terminaron de llevarla a la muerte a Celestina cuando le dieron aviso de que su esposo, “el educador subversivo había muerto” y que vaya a retirar el cadáver de una sede policial. Al escuchar estas palabras la mujer no aguantó el dolor y sufrió un infarto.
Almada considera que la condena de estos Kururu Pire Benítez, Sapriza Almada Morel y Laspina Escurra es una puerta que se abre para que también los cómplices y encubridores sean también condenados.
Destacó además que la pena privativa decretada es el primer caso en Paraguay de condena por los actos llevados a cabo en el marco del Plan Cóndor. Lamentó que aquí la Justicia no haya sido veloz para el enjuiciamiento de más de 800 victimarios condenados históricamente por la Comisión Verdad y Justicia.
LARGA ESPERA. La causa tiene 30 años y el caso ocurrió hace 45 años en la ciudad de San Lorenzo.
ESPERANZA. Martín Almada considera que se abre una puerta para que más torturadores caigan.