“Estamos seguros de que llegaremos completamente sanos a la estación, porque nuestros médicos se preocupan muy bien de nosotros”, dijo el astronauta de la NASA y segundo ingeniero a bordo de la Soyuz-16, Christopher Cassidy, en una videoconferencia desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán).
Añadió que él y sus compañeros de tripulación, los astronautas rusos Anatoli Ivanishin e Iván Vagner, comandante y primer ingeniero a bordo, llevan cerca de un mes de una “muy estricta cuarentena” y que todos se sienten “magníficamente”.
La pandemia ha impedido que los familiares de los tripulantes de la Soyuz MS-16 viajen a Baikonur para asistir al lanzamiento, previsto para las 8.05 GMT de mañana, pues la agencia espacial rusa, Roscosmos, redobló las medidas de seguridad sanitaria.
“Se han adoptado todas las medidas de seguridad. Son procedimientos estándar que cumplimos desde hace muchos años”, dijo a su vez Ivanishin, aunque destacó que en esta ocasión se han tomado todavía más precauciones.
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El comandante de la Soyuz MS-16 indicó, por ejemplo, que la comunicación con la comisión estatal que ratificó la composición de la tripulación fue a través de un cristal.
Roscosmos por primera vez no invitó a periodistas a Baikonur a la tradicional rueda de prensa previa al lanzamiento de una nave tripulada, sino que optó por una videoconferencia organizada por el grupo mediático estatal ruso Rossía Segodnia.
Los tripulantes de la Soyuz MS-16 contestaron diversas preguntas, desde cuáles son los requisitos para ser cosmonautas hasta cómo es el régimen de comidas, y es muy estricto en el espacio.
La cocina de la EEI está siempre abierta
“Lamentablemente, la cocina en la Estación Espacial Internacional está abierta siempre”, bromeó Cassidy, que fue secundado por Ivanishin: “Siempre se puede ir a buscar algo a la nevera”.
El cosmonauta ruso precisó que esa libertad tiene dos restricciones: no debe interferir en el trabajo y que sus compañeros de tripulación, que ocupan las butacas laterales en la Soyuz, deben vigilar que sus pesos cambien de la misma manera, para no alterar la estabilidad de la nave durante el regreso a la Tierra.
Cassidy indicó que durante su permanencia en la EEI será activo en las redes sociales.
“Tenemos un trabajo muy interesante y para mí es interesante compartir nuestras experiencias”, explicó.
Los caminos que llevan al espacio
Ivanishin subrayó que solo hay dos maneras de viajar al espacio: ganar mucho dinero y comprar un billete o ser cosmonauta.
El comandante de la Soyuz MS-16 indicó que actualmente se encuentra en marcha un proceso de selección de aspirantes a cosmonautas.
Según Ivanishin, para participar en la selección hay que tener muchas ganas de ver el planeta desde fuera y tener una buena formación técnica.
Vagner, que cumplirá su primera misión espacial, destacó que muchos científicos y médicos se suman a las filas de los cosmonautas, mientras que Cassidy incidió en que lo importante, más que la profesión, es la “autodisciplina”.
“Y no voy a revelar más secretos”, bromeó el astronauta de la NASA.
Los tripulantes de la Soyuz MS-16, que permanecerán en la EEI un total de 196 días, se unirán a los actuales inquilinos de la plataforma: el ruso Oleg Skrípochka y los estadounidenses Jessica Meir y Andrew Morgan.
La Estación Espacial Internacional, un proyecto de más de USD 150.000 millones en el que participan 15 naciones, actualmente está integrada por 15 módulos permanentes y orbita la Tierra a una distancia de 400 kilómetros y una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora.